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Según el último reporte, el IPC de abril sorprendió a la baja con una medición de 3,4%, desde 4,7% de marzo. En consecuencia, el IPC núcleo registró una desaceleración más leve, a 3.8%, desde 4,6% en marzo.
Asimismo, los datos de inflación de alta frecuencia sugieren una mayor desaceleración en mayo; reflejándose en los pronósticos del IPC de mayo en 30 puntos básicos a 3,1%. Por más que haya una nueva desaceleración, los indicadores núcleo continúan elevados.
En consecuencia, la tasa de inflación subyacente promedio de 3 meses se ubica en 4,3%, la más alta observada desde noviembre de 2018. Uno de los factores que provocaron la desinflación del mes fueron los precios regulados y estacionales que disminuyeron en el mes.
La desaceleración del IPC de los alimentos explicó casi el 70% de la disminución de 1.3% en la inflación, mientras que los precios de la educación explicaron otro 26%. En el último mes el IPC de los alimentos descendió notablemente a un 2,5% desde el 6% del mes previo. De hecho, los precios de la carne y el pollo cayeron en picada después del pico de marzo.
En paralelo, los números de la educación también cayeron a 1,5%, luego de registrar un incremento estacional de 17,9% el mes anterior. Como consecuencia de la desaceleración de abril estiman que habrá un arraste importante para mayo.
Los datos del IPC de alta frecuencia del mes hasta el 15 de mayo sugieren que la inflación de los alimentos disminuyó aún más, un 1,4% más en las primeras tres semanas del mes, en comparación con el 2,2% de abril. Agregando el efecto de arrastre, el IPC de los alimentos se ubica en 2% hasta la fecha, muy por debajo de la cifra del 3,6% reportada hasta la segunda semana de abril.