Esta terapia se puede realizar en las arterias más grandes y en las venas, e incluso en el lecho capilar. Dependiendo del tipo de tumor o de lesión, la obstrucción puede ser temporal o permanente. De esta forma, se reduce el flujo sanguíneo de una lesión o de un órgano afectado por un tumor. Procedimiento y efectividad Este es un procedimiento intraarterial que requiere de la intervención de expertos. Por este motivo, después de una exhaustiva revisión médica, los especialistas considerarán si es viable una embolización para disminuir el flujo sanguíneo al tumor cancerígeno. El procedimiento quirúrgico se llevará a cabo en la zona donde se encuentre el tumor, por eso, los procedimientos pueden diferir unos de otros. Pero en líneas generales, hay tres tipos de procedimientos, y el más común es el de la embolización. El segundo procedimiento es la quimioembolización, que consiste en suministrar una mezcla de agentes en emulsión y a continuación se realiza una embolización selectiva en el lugar indicado, ya sea temporal o permanente. El tercero es la radioembolización, que se hace sobre todo a tumores hepáticos, ya sean primarios o secundarios. De esta manera, el procedimiento de embolización suele ser más efectivo, pues va acompañado de otro tratamiento que ataca el tumor para reducirlo o neutralizarlo. La terapia de embolización es eficaz, aunque puede presentar complicaciones. Por esta razón, es importante que se le haga un seguimiento al paciente para descartar cualquier falla o efectos secundarios que este tratamiento podría generar.