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Cuando digo “nos ocupemos”, me refiero a cada individuo, su entorno familiar o personas más cercanas que colaboren, y fundamentalmente a los diferentes profesionales de la salud, aportando cada uno y desde su lugar, información para ayudar con el logro de un buen envejecimiento o el mejor que sea posible. Claro que los profesionales de la salud debemos hacer más cosas que el hecho de brindar información, pero sin ella…es difícil empezar una buena labor.
¿Qué es el Envejecimiento?
Es un proceso evolutivo, genéticamente codificado y predeterminado que se va modulando durante el curso de la vida. Es un cambio lento pero progresivo que NO implica estar enfermo.
Envejecer no es sinónimo de enferemdad. Ojo!! Es un programa preconcebido desde el nacimiento, que se va modificando según cómo nos relacionemos con el medio. Es un proceso universal, dinámico, irreversible, complejo y heterogéneo (varía según cada persona). Es un continuo.
Algunos “Tipos” de Envejecimiento
Existen variados estilos de envejecimiento:
Patológico. Normal. Sano/Saludable. Exitoso. Positivo. Activo. Productivo.
Hay que tener en cuenta en este punto, que existen diferentes definiciones y acepciones según los distintos autores que puedan describirlo.
Brevemente mencionaré definiciones de cada uno como para poder distinguirlos de modo aproximado:
-El Patológico como lo indica la palabra, es el que carece de salud, no es satisfactorio, genera malestar. En él se presentan déficits y derrumbe emocional, y generalmente hay pérdida de proyectos, junto con otras cosas que acompañan.
-El normal: donde no hay enfermedades ni físicas ni mentales graves sino sólo pérdidas o disminución de las funciones naturales. Algunas capacidades pueden disminuir mientras otras se conservan.
Y existen 2 tipos de envejecimiento normal:
.Típicamente normal: presenta comorbilidades (coexistencia de más de una cosa) habitual a cierta edad como por ejemplo hipertensión y diabetes, tabaquismo que puede ocasionar un déficit respiratorio, etc. y tal vez declinación cognitiva.
.Exitoso o sano/saludable: no presenta enfermedades sistémicas ni declinaciones cognitivas.
Sin embargo Dilip Jeste (director del Institute for Research on Aging, de la Universidad de California), dice: “El envejecimiento exitoso no está constituido por la ausencia de enfermedad o discapacidad física sino por factores tales como: un alto nivel de funcionamiento cognitivo, la adaptación a los cambios, la socialización y la satisfacción de vida”.
-Positivo: un envejecimiento donde sea como sea que se encuentre la persona, tiene una visión optimista del mismo. Tendría que ver más con el poder compensar pérdidas con ganancias.
-Activo: la Organización Mundial de la Salud, utiliza el término “Envejecimiento Activo” para expresar el proceso por el que se consigue hacer del envejecimiento una experiencia positiva con una vida más larga. Ésta debe ir acompañada de oportunidades continuas de salud, participación y seguridad. “El proceso por el que se optimizan las oportunidades de bienestar físico, emocional y mental durante toda la vida con el objetivo de ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez”.
Un Buen envejecimiento sería un envejecimiento normal: “Envejecer bien incluye tanto la salud mental como física”, dice George Vaillant.
Un Envejecimiento activo, incluye el poder hacer una auto-evaluación, una valoración subjetiva de la salud y de la satisfacción con la vida, como condiciones emocionales básicas del envejecimiento.
Un alto bienestar subjetivo es uno de los rasgos distintivos del envejecimiento activo. Pero no hay que olvidarse que una visión positiva depende de los procesos de autorregulación y de los modos de hacer frente a los acontecimientos (tanto positivos como negativos).
-El productivo: es la definición más actual donde implica al individuo en el quehacer. Aunque esté jubilado, continua “produciendo” diferentes cosas según cada persona (los intereses, profesiones que haya tenido, actividades laborales, etc.) y que sigue aportando a la sociedad.
Contexto bio-psico-social
Por supuesto que el objetivo principal de la mayoría de las personas es alcanzar un envejecimiento en las mejores condiciones posibles teniendo en cuenta los múltiples factores que intervienen en el proceso de envejecimiento.
La vejez, como en otras etapas de la vida, es además de una cuestión biológica y psicológica una construcción social. Bajo la perspectiva biopsicosocial, el estilo y la calidad de vida del adulto mayor estarán determinadas por el contexto social en el que se encuentra inmerso, es decir por la interacción entre las características del individuo y su entorno.
Factores de Riesgo y Factores Protectores asociados al envejecimiento
Riesgos
Pobreza, pérdida o carencia de ingresos económicos, discriminación, invisibilización, ausencia de la agenda del desarrollo, fragilización, pérdida o falta de condiciones adecuadas para fortalecer la autonomía, no fortalecimiento de vínculos, el no armado de redes de apoyo, la rigidez mental, el aislamiento y la soledad, el no estar activos física ni mentalmente, enfermedades o antecedentes patológicos o psicopatológicos pre-existentes, hábitos no saludables, entre otros varios (que se contraponen con los que siguen).
Protectores
En cualquier caso para paliar estas situaciones de riesgo o pérdida de salud, están los factores que desaceleran o disminuyen la velocidad de la morbilidad tales como la cultura, el nivel de vida, los servicios de salud integrales, la educación, la seguridad social, la atención integral a largo plazo, así como la eliminación del tabaquismo y el alcoholismo, el control de las adicciones, el ejercicio físico sistemático, una nutrición adecuada, un buen descanso, entre otros varios generales.
Más un cuidado personal, los contactos sociales y el tipo de trabajo pueden ser determinantes para un envejecimiento saludable.
Importa destacar la personalidad y ciertas habilidades o capacidades desarrolladas que se puedan tener: humor, creatividad, flexibilidad autocuestionamiento y reflexión, resiliencia, aceptación de los propios límites, multiestimulación cognitiva, tener proyectos que le dan sentido a la vida conectando con los deseos (considerando y respetando los intereses y gustos de cada uno que no tienen por qué ser iguales para todos).
Conclusión
El afecto positivo, por tanto parece maximizar los recursos facilitadores de los diferentes aspectos tanto físicos, funcionales, cognitivos y psico-socio-culturales y como no, los espirituales (que la mayoría de las veces son dejados de lado) !!
Por lo tanto, las emociones positivas son factores protectores a largo plazo de la salud en general.
A todo esto habría que agregarle la personalidad que cada adulto mayor posee.
Según los estereotipos comunes sobre el envejecimiento, las personas mayores son rígidas e inflexibles (Fernández-Ballesteros, 1992). Claro que esto es un prejuicio (no lo abordaré aquí pero si en la próxima nota)! Ya que todo depende de lo que cada uno quiera. Hasta el último suspiro se puede cambiar siempre y cuando se lo desee.
[Vale aclarar, obvio, que si la persona no tiene interés de ningún tipo en modificar ningún pensamiento, ni emoción ni conducta, o no reconoce problemas que padece o causa a terceros, seguirá siendo como fue].
La confianza en la propia capacidad y la autoeficacia conllevarían a un envejecimiento activo, así como el armado de redes de contactos sociales, incluso son muy beneficiosos los vínculos inter-generacionales (por todos los intercambios enriquecedores, para todas las partes, que se pueden dar).
A modo de cierre
Para poder lograr un envejecimiento con éxito hay que tener en cuenta entrenar el cuerpo, la memoria, desarrollar alguna tarea productiva, cultivar las amistades, poseer una personalidad flexible, percepción de autoeficacia y un sentimiento positivo hacia el proceso de envejecimiento.
El enfoque de los derechos, conlleva un cambio que promueve el “empoderamiento” de las personas mayores, como sujeto de derechos, no solamente beneficiarios, donde disfruten de las garantías y con cierta responsabilidad sobre sí mismas, la familia y la sociedad.
No es lo mismo sentirse viejo que saberse viejo!
Claro que la actitud cuenta!
(Más allá de todas las limitaciones que se puedan presentar)! (-Por Lic. Andrea P. Sciacca)