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Acordar, conciliar, colaborar son respuestas reparadoras de los actos violentos pero, a la vez, son complejas y por la dificultad de lograrlas es conveniente pensarlas como metas a cumplir y proponerlas como realización en distintos plazos, integrándolas al resto del curriculum.
NECESIDAD DE MANEJAR EL PENSAMIENTO COMPEJO
El uso del pensamiento complejo nos reporta algunos principios que pueden sernos de utilidad a la hora de planificar acciones y estrategias. Tengamos en cuenta que:
• cualquier cosa que hagamos será una elección entre múltiples posibilidades. Ningún resultado está garantizado y el azar y el riesgo siempre existen
• Necesitamos ser flexibles. Si es necesario modificaremos nuestras acciones adaptándolas a cada circunstancia
• Revisar nuestras creencias y valores y contrastarlos con el resto de la comunidad
• Estar atento a la indiferencia y la inacción frente a los problemas Cuando aparecen conductas inaceptables no vale eludir responsabilidades. Hay que actuar lo antes posible
Los directivos escolares, los profesores, el personal no docente, los padres son los primeros que deben aprender a manejar y solucionar estos temas primero en sí mismos para poder enseñarlos. El adulto que discierne, que es coherente, que sabe tomar y asumir responsabilidades, que tiene la capacidad de escuchar a los jóvenes y entender sus miedos, sus anhelos, sus dudas, sus quejas, sus rabias, muchas veces disfrazadas de arrogancia, de omnipotencia, está capacitado para cuidar, proteger, alentar, promover y poner buena parte de su energía en la ayuda a la construcción de un ser humano.
QUÉ HACER ANTE EL BULLYIN EN LA ESCUELA
Lo primero que hay que hacer es detectarlo teniendo en cuenta los tipos de maltrato que pueden sufrir los alumnos (físico, psicológico, social. Para detectarlo es útil:
• Aumentar la observación en lugares menos frecuentados por adultos (patios, vestuarios, rincones, corredores, entre clases, en actividades extraescolares)
• Recoger información de distintas fuentes (profesorado, familias, personal no docente, alumnos).
• Tener lugares en la escuela donde poder expresar denuncias y reclamaciones (Buzón de sugerencias, comisión de convivencia).
• Identificar los alumnos afectados. (tanto agredidos como agresores)
Una vez detectado el problema queda actuar:
• Intervención con la víctima: ser cauteloso en la aplicación de medidas para no exponerla a situaciones de mayor riesgo y protegerla aumentando la supervisión y vigilancia de los profesores y otros adultos. Evitar tratar públicamente en el aula la situación de acoso, de forma que pueda sentirse aludida y experimentar vergüenza y humillación. Crear grupos de compañeros solidarios para acompañarla en los momentos de mayor riesgo.
• Intervención con el agresor: realizar entrevistas individuales donde se analice la situación y sus consecuencias .Definir claramente los comportamientos que no se toleraran y las sanciones que se aplicarán. Ayudar a entender cómo se siente el niño agredido (empatía) y a vincularse positivamente con los demás
• Intervención con los espectadores: definir los comportamientos de intimidación y acoso que deben ser denunciados. Analizar las consecuencias que estos comportamientos tienen para el grupo. Enseñarles la diferencia entre ser solidario ante la injusticia y ser espía. Desarrollar la empatía emocional aprendiendo a ponerse en el lugar de otros. Incitarlos a pedir ayuda y superar el miedo
• Intervención con todo el alumnado en general: desarrollar programas de entrenamiento intensivo en habilidades sociales (asertividad, identificación y resolución de conflictos, etc.). Aplicar programas de modificación de conductas negativas que impliquen reparación y restauración del daño, pérdida de la posibilidad de realizar algunas actividades (salidas, campamentos). Enseñar a poner nombre y expresar los sentimientos, rechazar los malos tratos. Crear grupos de ayuda: supervisores, tutores de otros niños, ayudantes de clase, ayudantes de patio. Potenciar en el alumnado formas sanas de camaradería y solidaridad.
• Intervención con las familias: contar necesariamente con las familias afectadas y solicitar su colaboración. Evitar que los padres tomen iniciativas individuales, que pueden agravar la situación de su hijo. y tender a obtener compromisos positivos. Ayudarlas a analizar la situación, sin minimizar los hechos ni sobredimensionarlos. Orientarlas a fomentar el diálogo permanente entre padres e hijos y estar alerta ante sus comportamientos.
ADULTOS AL TIMÓN
El clima escolar debe ser favorecedor de los procesos de integración de los alumnos en el centro educativo, cohesionando a todos en torno a valores elevados y desarrollando la Tolerancia Cero hacia los malos tratos y la violencia como un rasgo de identidad de la comunidad.
La escuela tiene que constituirse en escuela de vida, enseñar modos sanos de relacionarse, maneras de solucionar positivamente las divergencias, como alternativas a los mensajes indiscriminados que vienen de afuera. Esta tarea no será complementaria a la enseñanza contenidos sino que será el fundamento para que ellos puedan enseñarse.
Familia y escuela formaran una sociedad de responsabilidad ilimitada ocupándose de los niños y jóvenes que tienen a su cargo como forma de cimentar una sociedad mejor.
Tal vez resulta resulte optimista lo que algunos científicos nombran como el “efecto mariposa” es una teoría que señala el poder de lo pequeño sobre los grandes sistemas. Las mariposas son insignificantes si las comparamos con las fuerzas que influyen en la atmósfera y en el clima. Sin embargo el aleteo de una mariposa en un extremo del mundo puede producir un ciclón en el lado opuesto del planeta, luego de múltiples transformaciones del ecosistema, originadas por la levedad del acto. En lo humano ocurre algo similar: cada una de nuestras acciones, sentimientos y pensamientos, por mínimos que nos parezcan, inciden en los demás. Cada cual, por modesta que sea su contribución, tiene así la oportunidad de participar en la construcción de un mundo mejor y sin violencia. (Por Lic. Cecilia Barone)