El número de profesionales sanitarios ha disminuido drásticamente, sobre todo desde los disturbios de mayo de 2024. En respuesta, las autoridades ofrecen incentivos, como contratos anuales y alojamiento gratuito, para atraer a médicos y enfermeros de vuelta a la isla.
Voluntarios están participando para capacitar a la población local en atención médica básica, ya que las clínicas y hospitales de toda la isla permanecen cerrados por falta de personal.