La encuesta “Detrás de las pantallas”, de la Unesco, examinó motivaciones y prácticas de creadores de contenido digital, y desafíos que enfrentan, con la participación de 500 influencers de 45 países y con la experiencia de un equipo de investigación de la estadounidense Universidad Estatal Bowling Green.
El estudio definió a los creadores de contenido digital como individuos que publican contenido regularmente en línea para el consumo público y tienen más de 1000 seguidores, que es el umbral para ser calificados como nanoinfluencers. En el otro extremo de la escala están las celebridades con millones de seguidores.
Además de demostrar que la verificación de los hechos no es la norma, la encuesta señala que los creadores de contenido tienen dificultades para determinar los mejores criterios para evaluar la credibilidad de la información que encuentran en línea.
Indica que 42 % de los encuestados dijo utilizar como indicador principal “el número de ‘me gusta’ y de ‘compartidos’ que había recibido una publicación” en las redes sociales.
Incluso 21 % está dispuesto a compartir contenidos con su público si se los han transmitido “amigos de confianza”, y 19 % se fía “de la reputación” del autor o editor original del contenido.
La encuesta también puso de manifiesto que la mayoría de los creadores de contenido digital (59 %) no estaban familiarizados o apenas habían oído hablar de los marcos reguladores y de las normas internacionales relacionadas con las comunicaciones digitales.
Solo algo más de la mitad de los encuestados (56,4 %) conoce los programas de formación dirigidos a ellos. Y sólo el 13,9 % de quienes conocen estos programas han participado en alguno.
Esa laguna puede poner a los creadores de contenido digital en una situación de inseguridad jurídica, exponiéndolos a procesos y condenas en algunos países.
También les impide hacer valer sus derechos cuando ellos mismos son víctimas de contenido restringido en línea. Por ejemplo, un tercio (32,3 %) de los creadores de contenido digital informó haber sido objeto de discurso de odio, pero solo 20,4 % denunció el caso a la plataforma de redes sociales.
“Sus noticias culturales, sociales o políticas llegan a millones de personas, pero muchos tienen que lidiar con la desinformación y el discurso de odio en línea y piden más formación”, dijo Audrey Azoulay, directora general de la Unesco.
Destacó que “los creadores de contenido digital ocupan un lugar importante en el ecosistema de la información”, y por ello “como parte de su mandato de alfabetización mediática e informativa, la Unesco les apoyará con el primer curso de formación mundial”, que se iniciará en breve.
La organización indicó que los periodistas podrían ser una ayuda valiosa para los creadores de contenido digital a la hora de verificar la fiabilidad de su información.
Sin embargo, la cooperación y los vínculos entre estas dos comunidades siguen siendo escasos. Los medios de comunicación tradicionales son solo la tercera fuente (36,9 %) para los creadores de contenido, después de su propia experiencia y sus propias investigaciones y entrevistas.
En la encuesta, 73 % expresó interés en aprender a expresar información verificada y para el curso que acaba de iniciar la Unesco ya se inscribieron 9000 participantes de 160 países.
Para el curso, la Unesco se asoció con el estadounidense Centro Knight para el Periodismo en las Américas, y su contenido fue elaborado por expertos en alfabetización mediática e informativa, en estrecha colaboración con influencers líderes de todo el mundo. (IPS - A-E/HM)