La delincuencia y la violencia en América Latina y el Caribe generaron un costo cercano al 3,44 % del Producto Interno Bruto (PIB) de la región en 2022, de acuerdo a un informe publicado este mes por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
"Esta cifra equivale a 78 % del presupuesto educativo y al doble del gasto público en asistencia social de los países de la región", remarcó la entidad.
El organismo actualizó estudios previos para estimar los costos directos del crimen en 22 países del continente, que incluyen la pérdida de capital humano por homicidios, los gastos en seguridad por parte de empresas y el gasto público en prevención del delito.
El Caribe fue la subregión donde estos costos fueron más elevados en 2022, alcanzando 3,83 % del PIB, seguida por Centroamérica (3,46 %), la Región Andina (3,22 %) y el Cono Sur (3,2 %), indicó el BID.
En tanto, en 2022, los gastos en seguridad por parte de las empresas privadas representaron el 47 % del costo total del crimen, mientras que el gasto estatal en su prevención representó el 31 % y la pérdida de capital humano el 22 %.
De acuerdo al BID, en las últimas dos décadas la tasa de homicidios en América Latina y el Caribe fue mayor que en las otras regiones del mundo, con 20 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2022, cifra que más que triplica la tasa observada a nivel mundial (5,6).
"El crimen y la violencia representan un obstáculo para el desarrollo en América Latina y el Caribe, afectando a individuos, empresas y gobiernos", señaló el BID en la publicación.
Asimismo, sostiene que los gastos que genera esta problemática frenan el progreso de la región: "La evidencia muestra que, más allá de los costos directos —mayormente estáticos— que pueden cuantificarse de forma relativamente precisa, existe otro tipo de impactos del crimen y la violencia, que desaceleran el ritmo del crecimiento económico de mediano y largo plazo, y afectan el desarrollo económico y social".
Para Ilan Goldfajn, presidente del BID, combatir el crimen y la violencia "requiere algo más que recursos", ya que se necesita una "voluntad política inquebrantable, la acción coordinada entre sectores y una fuerte cooperación internacional".
"América Latina y el Caribe puede y debe romper el ciclo de la violencia, desbloquear su pleno potencial y construir un futuro más justo, seguro y próspero para su gente , manifestó Goldfajn.