Anacláudia Rossbach, directora ejecutiva de ONU Hábitat, dijo que “casi ningún residente urbano quedará ileso, con miles de millones de personas sometidas a temperaturas más altas o expuestas a riesgos de inundaciones y otras amenazas”.
“Los asentamientos informales y los barrios marginales, generalmente situados en zonas ambientalmente sensibles y carentes de infraestructura protectora, suelen ser los más afectados por los desastres relacionados con el clima o los fenómenos extremos”, enfatizó la economista brasileña.
Al presentar el informe en esta capital, sede del duodécimo Foro Urbano Mundial, Rossbach llamó la atención sobre “cómo los eventos relacionados con el cambio climático afectan a las ciudades, tales como olas de calor e inundaciones, como las que acaban de verse en Valencia”.
La región de Valencia, en el este de España, sufrió hace una semana lluvias e inundaciones que han dejado al menos 218 muertos y cuantiosos daños materiales.
En un mundo que se ha fijado como meta que la temperatura promedio del planeta no aumente en más de 1,5 grados centígrados hacia el año 2050, el informe de ONU Hábitat señala que ya 2000 millones de personas viven en ciudades donde la temperatura media será al menos 0,5 grados centígrados más alta en 2040.
Rossbach recalcó que si bien las medidas climáticas en las ciudades no están a la altura de los desafíos que enfrentan, “quienes corren mayor riesgo son “también aquellos que ya enfrentan desigualdades estructurales persistentes y crónicas”.
Agregó que las comunidades vulnerables están más expuestas al riesgo y también tienen menos probabilidades de recibir apoyo una vez que ocurre un choque.
“La transformación acelerada de los barrios marginales y los asentamientos informales, así como la atención de las necesidades de los territorios más vulnerables de las ciudades, es por tanto una prioridad”, subrayó.
Por otra parte, el informe apunta que las presiones de un crecimiento mal gestionado también han provocado una pérdida constante de espacios verdes en muchas zonas urbanas: la proporción media en las zonas urbanas de todo el mundo ha caído de 19,5 % en 1990 a 13,9 % en 2020.
Aún más preocupante es la evidencia de intervenciones climáticas que no han logrado proteger a las comunidades más vulnerables o han empeorado su situación.
Estos casos incluyen la “gentrificación verde”, cuando medidas beneficiosas como la creación de parques resultan en el desplazamiento de hogares pobres o aumentan los valores de las propiedades, dejándolas en la práctica fuera del alcance de los pobres.
A pesar de las complejas barreras que enfrentan las ciudades en medio de la creciente emergencia climática, el informe también destaca la importancia de ver las áreas urbanas no solo como parte del problema, sino también como parte de la solución.
“Con inversiones audaces y una buena planificación y diseño, las ciudades ofrecen inmensas oportunidades para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los efectos del cambio climático”, afirmó el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, en el prólogo del informe.
Señaló que cientos de ciudades “están liderando el camino al expandir espacios verdes inclusivos, reducir las emisiones mediante una planificación y construcción inteligentes e invertir en energía renovable para alimentar servicios cívicos como las redes de transporte”.
El informe pide un enfoque urbano más preciso para avanzar en compromisos nacionales ambiciosos, destacando la importancia de alinear la acción climática con objetivos de desarrollo más amplios, como la mejora de los servicios, la modernización de los asentamientos, la reducción de la pobreza y la salud pública.
Expone que las ciudades del mundo necesitan una inversión de entre 4,5 y 5,4 billones (millones de millones) de dólares al año para construir y mantener sistemas resilientes al clima, pero el financiamiento actual asciende a solo 831 000 millones.
Ese déficit deja a las ciudades, y especialmente a sus poblaciones más vulnerables, expuestas a riesgos crecientes, y cada año el mensaje se vuelve más urgente, ya que el impacto del cambio climático empeora mientras que las medidas concretas para abordarlo quedan muy rezagadas”, insistió finalmente Rossbach.
Auspiciado por ONU Hábitat y Egipto, el 12º Foro Urbano Mundial, que durará hasta el 8 de noviembre, acoge a unos 6500 participantes de todo el orbe, incluidos funcionarios gubernamentales, planificadores urbanos, líderes comunitarios, representantes empresariales y organizaciones de la sociedad civil. (IPS - A-E/HM)