El presidente, Javier Milei, viajará a Estados Unidos en búsqueda de la tan codiciada foto con el flamante mandatario norteamericano electo, Donald Trump. El encuentro tendrá lugar en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) con epicentro en Florida (sur), donde participarán líderes globales afines ideológicamente.
El jefe de Estado participará del cónclave organizado por la Unión Conservadora Estadounidense el 14 y 15 de noviembre. La reunión prevista con Trump será la segunda del año, tras la coincidencia en febrero (también en el marco de la CPAC). De este modo, el terreno queda allanado para que el gobernante argentino se erija como el único presidente latinoamericano en ser recibido por el líder republicano antes de su asunción formal, el 20 de enero.
Se trata de la séptima visita de Milei al gigante del norte en apenas 11 meses de Gobierno. Estados Unidos es el destino predilecto del libertario, a donde habrá destinado la mitad de los 14 viajes realizados desde su asunción en diciembre de 2023.
El discurso del presidente argentino —previsto para el 15 de noviembre— representará para Milei la oportunidad de reforzar su perfil de outsider tan crítico del orden internacional como alineado detrás de la figura de Trump, quien formará parte de la atenta audiencia junto a empresarios locales.
Más allá de la retórica discursiva, uno de los grandes objetivos del líder libertario será reasegurar el apoyo de Washington al programa económico impulsado por su Gobierno, sobre todo con relación a las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional en torno al giro de fondos frescos para Buenos Aires.
"La foto que pueda conseguir con Trump será una señal muy favorable para Milei, que se ha alineado explícitamente detrás del republicano", dijo a Sputnik el analista internacional Juan Venturino.
Sin embargo, el experto relativizó el grado de afinidad entre ambos y dijo que "está claro que este es un amor no correspondido, dado que para el argentino es mucho más importante el vínculo que para el estadounidense".
La lectura del investigador en torno al rédito que pueda obtener el libertario es compartida por sus colegas. Consultado por Sputnik, el politólogo Juan Negri resaltó que "Milei tiene argumentos concretos para sentirse parte de la misma familia ideológica de Trump. Si bien este es un vínculo claramente asimétrico, donde el más interesado por cultivar la relación es el argentino, Milei va a intentar capitalizar al máximo el triunfo electoral de su referente".
"El beneficio de conseguir una reunión con Trump es, sobre todo, a nivel interno: Milei saca mucho provecho de estos encuentros para consolidar su imagen dentro de Argentina. De hecho, la propia Conferencia responde más a la lógica de la política estadounidense que a la global", destacó Negri.
Según Venturino, el líder libertario "pretende erigirse como referente mundial de las nuevas derechas, pero sobreestima demasiado la relevancia de Argentina en el mundo. Esto tiene mucho más impacto en Buenos Aires que en el tablero internacional".
Visto desde Washington, el presidente argentino podría asumir el rol de aliado estratégico ante un continente donde resaltan presidentes más afines al progresismo, tales como Claudia Sheinbaum en México, Luiz Inacio Lula da Silva en Brasil, Gustavo Petro en Colombia o Gabriel Boric en Chile.
"Si bien Argentina es un mercado pequeño, Milei puede abrirle a Trump las puertas de Latinoamérica. Estados Unidos puede ver en él una llave de entrada al continente que sigue considerando como su 'patio trasero'", consideró Venturino.
El diagnóstico no es unánime. Según Negri, "es erróneo pensar que Washington puede necesitar a Milei para llegar a todo el continente. Por supuesto, siempre es mejor tener afinidad con un presidente, pero el peso del vínculo no está dado necesariamente por su peso geopolítico en la región".
"Hay motivos para pensar que la afinidad personal entre Trump y Milei afín es importante: uno de ellos es el creciente rol de China en el tablero mundial, y su emergente relevancia en la región. La competencia con Pekín es un objetivo compartido tanto por republicanos como por demócratas", remarcó el politólogo.
Uno de los ejes centrales que alimenta la expectativa del inminente retorno de Donald Trump a la Casa Blanca orbita en torno a su incidencia en el Fondo Monetario Internacional, organismo con el cual Buenos Aires mantiene una cuantiosa deuda por la friolera de 45.000 millones de dólares.
El ministro de Economía argentino Luis Caputo —responsable del crédito celebrado en 2018, durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2018) del cual fue funcionario— espera a que la afinidad entre Milei y el republicano se traduzca en una presión concreta para destrabar el giro de fondos frescos que refuercen su programa financiero.
Consultado por Sputnik, el exviceministro de Economía argentino Gabriel Rubinstein (2022-2023) mostró las dos caras de la moned.
"La buena noticia es que es probable que Trump presione al Fondo para que nos facilite un nuevo crédito, pero la mala es que ya nos prestaron y todavía no pudimos pagar esa deuda. El FMI está muy renuente a ceder más desembolsos a la luz de la experiencia reciente", señaló.
Según Negri, "más allá de la cercanía entre ambos presidentes, el Fondo Monetario tiene cierta autonomía y el grado de cumplimiento de las metas impuestas que alcance Argentina va a ser crucial para la relación con el organismo. Sin embargo, el ajuste económico impulsado por Milei puede alcanzar para convencer a las autoridades en Washington para que aprueben nuevos desembolsos".