Los efectos de la catastrófica DANA que arrasó la provincia española de Valencia, además de más de 200 muertos y casi un centenar de desaparecidos, han dejado también un nefasto saldo en el tejido productivo de la zona.
En los polígonos industriales de los casi 80 municipios afectados por las lluvias torrenciales y las inundaciones prácticamente todo está cubierto por el fango y desde hace más de una semana la actividad se ha paralizado, con todos los empleados disponibles ocupados únicamente en tareas de limpieza y en intentar salvar todos los enseres posibles.
Nueve días después del temporal son muy pocas las empresas que han podido reanudar parcialmente su actividad, mientras que el resto no saben cuándo podrán volver a la normalidad.
En los 68 municipios más afectados se ubican 48.722 empresas , más de la cuarta parte de todas las que hay en la provincia de Valencia. Entre todas generan un 32% del PIB de esta región y emplean a 265.000 personas.
Según los cálculos de la Cámara de Comercio de Valencia, recogidos en el informe 'Datos económicos de las empresas industriales, construcción y servicios de los 68 municipios más afectados por la DANA', el aporte conjunto de estas localidades al PIB es de 21.819 millones de euros.
Tres cuartas partes de todas esas empresas pertenecen al sector servicios, la mitad de ellas vinculadas al comercio, los transportes y la hostelería.
El documento detalla lo que se considera la zona cero del desastre , una treintena de municipios entre los que se encuentra la población más afectada, Paiporta. Allí los daños no se pueden calificar de otra manera que catastróficos. Todas ellas aglutinaban un 20 % del PIB valenciano.
En cuanto al empleo, las 264.800 personas que trabajan en estas compañías son el 25% del total de la provincia , la zona cero aglutina al 20%. Además, en estas poblaciones viven muchos trabajadores cuyo puesto se encuentra en otras localidades no afectadas, pero a las que no pueden desplazarse por las afectaciones en las comunicaciones.
El impacto ha sido devastador en los polígonos industriales, donde hay una alta concentración de empresas, según anunció el miércoles la Federación de Parques Empresariales de la Comunidad Valenciana, Fepeval.
En una primera evaluación se ha determinado que al menos 50 áreas industriales, que albergan a unas 6.800 empresas , han resultado afectados. Según la Federación, tan solo en los parques empresariales de la localidad de Riba-roja se encuentran afectados el 85% de las 1.400 empresas que alberga, además de sufrir daños en infraestructuras empresariales y de sufrir la pérdida de vidas humanas.
En este polígono, a unos 20 kilómetros de la ciudad de Valencia, el escenario continúa siendo dantesco, con camiones varados y tumbados, coches amontonados y escombros por doquier , además del omnipresente lodo.
Allí millas de trabajadores quedaron atrapados por las inundaciones del martes de la semana pasada y tuvieron que pasar allí la noche. Muchos encaramados a sus camiones esperando que la fuerza de las aguas no los tumbase o los arrastrase. Seis trabajadores mueren esa noche, aunque los servicios de emergencia continúan buscando cuerpos.
La normalidad se intuye todavía muy lejana. Aún no circula casi ningún camión por las zonas más afectadas y el movimiento de vehículos se limita prácticamente a coches de bomberos, Policía, Protección Civil y otros servicios de emergencia.
Según los últimos datos actualizados por Presidencia del Gobierno, los seguros han recibido ya casi 110.000 solicitudes. Los daños reportados se refieren a 33.852 viviendas, 66.067 vehículos automóviles, 6.834 comercios y almacenes, 509 oficinas, 2.195 industriales y 23 obras civiles.
Además de la pérdida de vehículos, la movilidad también está limitada por los daños en carreteras y accesos, y por la afectación de las líneas de ferrocarril, de manera que el transporte público es casi inexistente y el privado tiene enormes dificultades para la circulación.
El mayor desastre meteorológico del último siglo en España ha hecho que el Gobierno movilice un enorme paquete extraordinario de ayudas para paliar los daños de las zonas afectadas, destinando más de 10.000 millones de euros dirigidos tanto a particulares como a empresas.
Entre las numerosas medidas aprobadas se incluyen ayudas directas a Pymes y autónomos por 838 millones de euros, las empresas podrán suspender la actividad de sus trabajadores y estarán exentos de pagar la Seguridad Social, la reducción del Impuesto de Actividades Económicas y la creación de avales por valor de 5.000 millones de euros, entre otras.
El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi, tras reunirse con el rey Felipe VI el miércoles, abogó por la unidad de las instituciones, asegurando que la reconstrucción "va a costar tiempo".
Garamendi afirmó que además de un ERTE (expediente de regulación de empleo temporal) para los trabajadores, también hace falta uno para "tanta empresa que ha quedado arrasada" y que esto no se arregla con "cuatro medidas", sino que "hay que ir mucho más".