El 22 de febrero de 1904 Argentina adquirió su primera base antárctica, la base Orcadas, en las islas Orcadas del Sur. 120 años después, Argentina es líder mundial en número de bases en el continente. Además, el país considera suyo parte de su territorio terrestre y marítimo, reclamo que es disputado por otros importantes actores en la Antártida, principalmente Chile y el Reino Unido.
En los últimos años, los políticos argentinos han puesto su vista cada vez más en la Antártida. Tanto el ya expresidente Alberto Fernández como el actual jefe de Estado, Javier Milei, han visitado el continente blanco, siendo los primeros dirigentes en visitar la Antártida en el siglo XXI.
¿Qué atrae a Argentina de la Antártida y por qué las miradas de los mandatarios argentinos se dirigen cada vez más hacia el sur? Sputnik te cuenta cómo Argentina se convirtió en uno de los líderes mundiales en exploración antártica, qué controversias existen en el continente blanco y por qué la Antártida jugará un papel mucho más importante en el mundo en un futuro próximo.
Antecedentes de los reclamos de soberanía sobre sectores de la Antártida
Desde su descubrimiento en 1820 por exploradores al servicio del Imperio ruso, Fabian Gottlieb von Bellingshausen y Mijaíl Lázarev, la Antártida sigue siendo la única superficie terrestre del planeta que no pertenece a ningún Estado, permaneciendo como territorio de investigación científica para toda la comunidad mundial. En la Antártida también está prohibida cualquier actividad militar y minera.
La existencia de reivindicaciones territoriales de algunos países en la Antártida se debe a su ubicación geográfica y a su historia de exploración. Por ejemplo, aunque Noruega está a miles de kilómetros de la Antártida, el país justifica sus reivindicaciones territoriales por el hecho de que fue su expedición la primera en desembarcar en el continente, lo que ocurrió 75 años después de su descubrimiento, en 1895. También fue el explorador polar noruego Roald Amundsen el primer hombre en llegar al Polo Sur.
Cuatro países del hemisferio sur (Argentina, Chile, Nueva Zelanda y Australia) reclaman tener derechos sobre territorios en la Antártida, en virtud del hecho de que están separados de ella por un océano y, por tanto, el continente blanco es una extensión natural de sus territorios al sur.
Dos potencias europeas, Francia y el Reino Unido, defienden su soberanía sobre ciertos sectores en la Antártida por poseer territorios de ultramar en el Atlántico Sur, herencia de la época colonial, así como por la sustancial contribución científica a la exploración del continente.
La Conquista del Desierto y los primeros pasos en la Antártida
Argentina logró establecerse como una de las naciones con mayor presencia en el continente helado gracias, en gran medida, a su expansión territorial hacia el sur a finales del siglo XIX, en la llamada Conquista del Desierto, durante la cual efectivizó la ocupación de la región de la Patagonia y el extremo sur del continente.
Chile también tenía intenciones de extender su territorio al este de los Andes, pero su involucramiento en la Guerra del Pacífico contra Bolivia no dejó suficientes recursos para participar en la carrera con Argentina por la Patagonia.
No obstante, la diplomacia chilena sí que tomó manos en el asunto. El proceso de negociación fue largo e inestable y estuvo acompañado de la militarización de la zona. Varias veces Buenos Aires y Santiago estuvieron al borde de la guerra, pero finalmente consiguieron llegar a un compromiso que consistió en la partición del archipiélago de Tierra del Fuego: la mayor parte quedó bajo la soberanía chilena, la isla Grande fue dividida por la mitad y Argentina recibió también la isla Estados.
Este acuerdo permitió a ambas partes mantener su presencia en una zona de importancia estratégica, como la que supone el punto de confluencia de los océanos Atlántico y Pacífico. La importancia de Tierra del Fuego radica en que es la zona terrestre grande más cercana a la Antártida, lo que fue un factor clave que le permitió a Argentina convertirse en uno de los líderes en la conquista del continente blanco.
La base Orcadas fue establecida por una expedición escocesa, pero debido a los problemas con la financiación ulterior pidieron a Argentina que operara la base. Se ubica en las islas Orcadas del Sur, pero según el Tratado Antártico, firmado en 1959 por 13 países que en aquel tiempo se presentaron en el continente blanco, establece que todos los acuerdos del Tratado se aplican a la región situada al sur de los 60° de latitud Sur.
En otras palabras, el Tratado Antártico reglamenta las actuaciones no solo en el continente, sino también en los territorios cercanos. Por lo tanto, las actividades en las Islas Orcadas del Sur están bajo las condiciones de este documento, por lo que Argentina proclama ser el país con la mayor presencia interrumpida en la Antártida.
ENFRENTAMIENTOS MILITARES CON EL REINO UNIDO
Al término de la Segunda Guerra Mundial, surgió en la comunidad mundial un nuevo interés por la Antártida y, aprovechando los avances en el ámbito militar, muchas potencias obtuvieron posibilidades técnicas para establecer bases permanentes en el continente.
En Argentina, al mismo tiempo, surgió un gran interés por los territorios australes, incluida la Patagonia, que en aquella época estaba muy poco poblada y corría el riesgo de que potencias extranjeras, especialmente el Reino Unido, se apoderaran del territorio. Por este motivo, el entonces presidente argentino Juan Domingo Perón, puso en marcha un programa para intensificar el desarrollo de la Patagonia.
A principios de la década de 1950, se establecieron la mayoría de las estaciones argentinas en la Antártida, que aún funcionan en la actualidad.
Ante tan rápido despliegue, sonaron los primeros disparos.
En enero de 1952, una expedición argentina realizaba actividades en la recién establecida base Esperanza cuando un buque británico atracó en las proximidades. Pretendían establecer su base en las proximidades de Esperanza, lo que fue percibido como una amenaza por los argentinos. La primera advertencia a los recién llegados no surtió efecto, tras lo cual comenzaron a disparar al aire. Esto convenció a los británicos a retirarse y cancelar el desembarco, dejando todo el equipo abandonado en la orilla.
Cabe mencionar que la península Antártica, que es la más cercana a Sudamérica y donde se encuentra la mayor cantidad de bases argentinas, entre ellas la Esperanza, es la más favorable para realizar actividades por su clima mucho más templado que en otras partes del continente, lo que también explica el interés británico por este territorio.
Otro incidente relacionado con la competencia entre Argentina y el Reino Unido ocurrió al año siguiente, en la isla Decepción, cerca de la Península Antártica.
Esta pequeña isla se convirtió en la manzana de la discordia en 1943, con la llegada de los argentinos, que plantaron su bandera nacional en el emplazamiento de una antigua base noruega. Un año más tarde, los británicos desembarcaron en la isla, establecieron su base y retiraron la bandera argentina.
En enero de 1953, una expedición argentina llegó a la isla e instaló una pequeña cabaña a 400 metros de la base británica. Londres lo consideró una provocación y ordenó a las autoridades coloniales de las Malvinas que expulsaran a los argentinos de la isla y ocuparan el refugio. Las negociaciones fracasaron y Buenos Aires se negó a reconocer que los territorios pertenecieran a la Corona británica.
Argentina no tomó represalias viendo que los británicos habían concentrado una fuerza considerable en las Malvinas. Posteriormente, como en el caso del incidente de Esperanza, las partes acordaron una coexistencia pacífica en la isla Decepción.
Tiempo después, el Reino Unido entregó a la Armada argentina el equipamiento del refugio y los elementos personales de los tres suboficiales. La bandera argentina fue donada al Instituto Nacional Browniano, donde se exhibe con la inscripción: "Bandera que perteneció al refugio Cándido de la Sala, ocupado ilegalmente por los ingleses en febrero de 1953".
Actualmente, tanto la base argentina como la británica operan en la isla.