Este robot se ocuparía de trasladar la comida y la medicación a los pacientes que se encuentran en situación de aislamiento porque padecen patologías infecciosas o están ingresados en la Unidad de Hospitalización Especial, donde se atiende a personas que requieren terapia metabólica o braquiterapia ginecológica, evitando la exposición innecesaria del personal sanitario a posibles riesgos infecciosos o radiológicos.
La labor la ha realizado personal investigador de la Universidad Jaime I (Universitat Jaume I, UJI) en Castellón de la Plana y el Consorcio del Hospital Provincial de Castellón, en España.
La unidad robótica ha sido desarrollada en el contexto del proyecto europeo H2020 El-Peacetolero por el equipo IRSLab del Centro de Investigación en Robótica y Tecnologías Subacuáticas (CIRTESU) de la UJI para la inspección de tuberías plásticas en escenarios con riesgos radioactivos, en los que no es viable la intervención humana, aunque el sistema fue planteado también para su aplicación en entornos de riesgo biológico, como el de un hospital.
Los primeros pasos para la adaptación del equipo al entorno y necesidades hospitalarias se han realizado en el marco de la tesis doctoral de Amparo Tirado Bou, del Programa de Doctorado en Informática, dirigida por Raúl Marín del Departamento de Ingeniería y Ciencia de los Computadores, con el apoyo de los profesores Pedro J. Sanz y Juan J. Echagüe del CIRTESU, Eladio Collado, profesor del Departamento de Enfermería y decano de la Facultad de Ciencias de la Salud, el personal investigador de los distintos equipos y los profesionales del Hospital Provincial, quienes han aportado ideas y aplicaciones potenciales para mejorar la seguridad y el bienestar en la atención médica.
En el caso de la terapia metabólica, el paciente recibe por vía oral o intravenosa medicamentos radiactivos. Este tratamiento requiere el ingreso en una habitación especialmente adaptada a las normas de protección radiológica que establece el Consejo de Seguridad Nuclear.
El Consorcio cuenta con dos habitaciones exclusivas para la aplicación de estos tratamientos. Así, el enfermo permanece en las habitaciones en régimen de aislamiento sin poder salir ni recibir visitas hasta que los niveles de radiación disminuyen hasta límites legales, lo que suele producirse a los dos o tres días.
Durante este tiempo, el paciente recibe atención permanente a distancia por parte del personal médico y de enfermería del centro, quienes han seguido previamente un curso de supervisor u operador en instalaciones radiactivas.
El control radiológico de los trabajadores expuestos a las radiaciones ionizantes se lleva a cabo mediante sistemas de detección de tipo pasivo, denominados dosímetros, cuya lectura es realizada por entidades o instituciones expresamente autorizadas y controladas por el Consejo de Seguridad Nuclear.
La braquiterapia ginecológica, que se efectúa en otra habitación especial, tiene un papel decisivo en el tratamiento del cáncer porque permite administrar una dosis elevada de radiación en un volumen tumoral muy bien definido y con mínimo daño para los tejidos sanos circundantes.
La paciente que recibe este tratamiento es trasladada a la habitación de la Unidad de Hospitalización Especial, donde debe permanecer aislada, sin personal ni acompañantes, durante los minutos de irradiación, unos 10 minutos cada hora durante un periodo que puede oscilar entre uno y cuatro días.
El robot manipulador móvil omnidireccional terrestre teleoperado integra un sensor inteligente dotado de inteligencia artificial, usa sistemas LIDAR 2D y 3D montados en el cabezal móvil y cuenta con un brazo manipulador para realizar asistencias futuras al paciente. (Fuente: Universitat Jaume I)