Esta semana parece el distanciamiento entre el presidente Gustavo Petro y el exmandatario Juan Manuel Santos se hizo aún más evidente. El ‘santismo’ y ‘petrismo’ están atravesando por una etapa de discrepancias agudas que incluyen la implementación del Acuerdo de Paz con las FARC, los riesgos de seguridad que están sufriendo los firmantes del Acuerdo -algunos amenazados por las disidencias con las que Petro empezó a negociar- e incluso la agenda de negociación que se acordó con el Eln.

El rifirrafe Petro-Santos también tiene como trasfondo los diálogos con el ELN y la agenda de negociación que se dio a conocer la semana pasada con esa guerrilla al cierre del segundo ciclo de conversación que se dio en México. El documento de seis puntos, recoge en esencia la agenda que ya habían pactado el Gobierno de Santos y esa guerrilla, pero la amplía con temas más concretos a desarrollar. El punto más controversial de la agenda es el que propone “examinar, desde una perspectiva democrática, el modelo económico, el régimen político y las doctrinas que impiden la unidad y la reconciliación nacional”.

Tras conocerse la agenda, varios alfiles de Santos criticaron el proceso que se lleva con esa guerrilla. El primero fue Sergio Jaramillo, comisionado de Paz durante el Gobierno de Santos, quien dijo a La W Radio: “En esa agenda, el Eln le metió todos los goles al Gobierno”. Jaramillo aseguró que hubo el proceso pactado no le da incentivos a esa guerrilla para que deja las armas y agregó que “no se evidencia voluntad de cerrar el conflicto por parte de la guerrilla”.

En esa entrevista, Jaramillo agregó: “El Gobierno Petro heredó una agenda general, ambigua, pero esas ambigüedades que había en la agenda me parece que se resolvieron todas a favor del ELN”, señaló el excomisionado de Paz.

El ahora senador Humberto de la Calle, exjefe negociador del gobierno Santos con las FARC en Cuba, también se pronunció a través de una carta enviada a José Félix Lafaurie, miembro de la delegación de Gobierno en las negociaciones con el Eln. En la misiva, De la Calle afirmaba que la agenda aún tiene un “lenguaje vago” y afirmaba que le preocupa que en la agenda quedará consignado que los acuerdos parciales son de implementación inmediata. “Es inquietante porque puede suceder que el Eln busque mantener las armas durante un plazo posterior al acuerdo final, o incluso negarse a su dejación, cuando muchos de los acuerdos ya habrán sido convenidos”, decía en la misiva.

De la Calle también cuestionó a Lafaurie, quien fue un férreo opositor del proceso con las FARC. “¿Por qué desató una implacable oposición al proceso con las Farc, cuando en la agenda actual con el Eln se observan temas mucho más comprometedores para el Estado y la sociedad?”, le repguntó en la carta.

Petro pide examinar “temas pendientes” del Acuerdo de Paz

El viernes en Medellín, durante un encuentro con empresarios de ProAntioquia, Petro aseguró que lo pactado en La Habana carece de algunos elementos que él quiere modificar y añadir.

Además, dijo que en el Acuerdo Final no hay palabras como ‘conocimiento’, ’saber’ o ‘universidades’, y que el documento es muy romántico. “Cuando uno estudia el Acuerdo al que llegaron, el Acuerdo Final, allí uno quisiera ponerlo como una ilusión realizada. ¿Qué sería de la sociedad colombiana si todos los puntos allí escritos se volvieran realidad? Ese ejercicio nos daría una sociedad rural. Yo le llamaría un romanticismo”, dijo.

Aunque el presidente reafirmó toda la disposición de su Gobierno para cumplir los compromisos adquiridos por el Estado colombiano, también dijo que le gustaría convocar a la sociedad colombiana a un diálogo para examinar los temas que no se introdujeron y no quedaron expresos en los pactos con las Farc.

En entrevista con Colombia+20, De la Calle aseguró que se debe respetar la agenda que materializó la reincorporación de las FARC y que si bien el mandatario busca cambiar políticas nacionales en favor de erradicar la inequidad, eso se puede hacer sin trastocar el Acuerdo de Paz.

“Ese acuerdo nunca pensó en extralimitar funciones o en actuar como una constituyente. Buscó, y lo hizo con éxito, desmontar una guerrilla, disminuir la violencia política y tratar temas claves del país por efectos del conflicto. Si el presidente Petro quiere hacer cambios para promover el comercio y los temas financieros lo puede hacer porque está dentro de sus funciones, pero el Acuerdo de Paz no exige otra cosa que no sea implementación”.

A través de su cuenta de Twitter, de la Calle pidió retomar el Acuerdo de La Habana con vigor, respetando su legado en participación ciudadana, equidad rural y reforma política.

Esa “revisión de temas pendientes” al Acuerdo con las FARC que pide Petro se dio apenas un día después de que Santos le pidiera que escuchara a Rodrigo Londoño y a los excombatientes, tras las graves denuncias de desplazamiento esta semana en uno de los espacios territoriales en Mesetas, Meta. Según los firmantes, las disidencias del Estado Mayor Central (EMC) de FARC, al mando de Iván Mordisco y con quien Petro inició una mesa de diálogos, les dieron el pasado lunes 14 de marzo un plazo de 30 días para abandonar ese espacio territorial.

“El gobierno tiene la obligación de escuchar a Rodrigo Londoño y a los firmantes del Acuerdo de Paz. Lo que está sucediendo es muy grave. Como siempre se ha dicho: este Acuerdo es el cimiento de la Paz Total”, tuiteó Santos.

Aunque Petro no ha respondido sobre esta solicitud, una reunión con Londoño y con Santos se viene preparando desde hace días, aunque aún sin fecha definida. (EE)