SÃO PAULO - La ley de violencia política de género, sancionada en agosto de 2021, representó una victoria para el sector femenino en el Parlamento, pero, después de 19 meses, más de la mitad de los partidos políticos brasileños aún no se han adaptado a las reglas.
Al frente del grupo de trabajo creado para prevenir la violencia contra la mujer y exigir medidas afirmativas de inclusión femenina por los partidos, Raquel Branquinho, fiscal regional de la República, considera que la legislación brasileña es adecuada, pero que hay un obstáculo estructural en el seno de los grupos políticos para la participación de las mujeres de manera efectiva.
"Nuestro principal problema es que tenemos las normas, pero no estamos viendo la traducción practica, que es el aumento de escaños femeninos".
Ante la lentitud de los partidos para actualizar sus estatutos con medidas para prevenir y reprimir la violencia política de género, el Ministerio Público Electoral envió cartas a los grupos y, según Branquinho, no descarta llevar el tema a los tribunales.
"Los partidos políticos todavía no facilitan la participación femenina. No hay manera de tener una democracia representativa plena en Brasil sin que estén abiertos a ella". (Fhola)