El presidente de la Duma del Estado, o Cámara de Diputados de Rusia, Viacheslav Volodin, advirtió este domingo de que los suministros de armamento de ataque a Ucrania provocarían una "catástrofe global". "Los suministros de armamento ofensivo al régimen de Kiev conducirán a una catástrofe global", escribió Volodin, en su canal Telegram.

Recalcó que si Estados Unidos y sus aliados de la OTAN envían a Ucrania armamento que sea utilizado para asestar ataques a ciudades e intentar capturar territorios rusos, habrá "medidas de respuesta con el uso de armas más potentes".

El líder de la Duma instó a los parlamentarios de EE. UU., Alemania y de otros países europeos a "tomar conciencia de su responsabilidad ante la humanidad". "Con sus decisiones, Washington y Bruselas llevan al mundo a una guerra terrible", subrayó.

Volodin indicó que los políticos occidentales deben entender que, "habida cuenta de la superioridad tecnológica de las armas rusas", los suministros de armamento ofensivo a Ucrania pueden terminar en una "tragedia de magnitud mundial que destruirá a sus países". "Los argumentos de que las potencias nucleares nunca han utilizado armas de destrucción masiva en conflictos locales no se sostienen", señaló el legislador, que explicó que estos Estados "no han visto amenazada la seguridad de sus ciudadanos ni la de su integridad territorial".

Según la doctrina militar de Moscú, Rusia se reserva el derecho a usar armas nucleares no solo para responder a un ataque nuclear o con otras armas de destrucción masiva contra ella y sus aliados, sino también en el caso de ser objeto de una agresión con armas convencionales que amenace la existencia del Estado.

EL BLOQUEO DE LOS LEOPARD

Los aliados no logran convencer a Alemania del envío de tanques pesados a Ucrania

Los tanques de fabricación alemana Leopard que Ucrania aspira a recibir y que Alemania se resiste a enviar se quedaron fuera del paquete de ayuda militar consensuado ayer por Estados Unidos y países aliados tras cinco horas de reunión en la base estadounidense de Ramstein, en territorio alemán. La presión internacional se había vuelto casi insostenible para la reluctante Alemania, cuyos carros de combate Leopard son vistos como elemento clave para el ejército ucraniano en su lucha contra los invasores rusos por sus características de movilidad, blindaje y potencia de fuego.

Alemania no cede de momento a la presión internacional para entregar tanques Leopard. En un receso durante los trabajos, el nuevo ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, dijo a los periodistas que, en el respaldo militar extranjero al país atacado por Rusia, “la prioridad número uno es la defensa antiaérea”, y que no se habían tomado decisiones conjuntas sobre entrega de carros Leopard ni sobre autorización a otros países que tienen este tipo de tanques de fabricación alemana para que lo hagan. Días atrás, Polonia y Finlandia airearon su disposición a transferir a Kyiv algunos de sus Leopard.

Boris Pistorius, en un verdadero bautismo de fuego tras su toma de posesión el jueves como nuevo ministro de Defensa, envió ayer otros dos mensajes. En contraposición a la idea de un frente único común pro tanques pesados en el seno de los aliados, Pistorius aseguró que, según las conversaciones mantenidas, Alemania no es el único país del grupo que se muestra “prudente” al respecto.

 “Hay buenas razones para las entregas y hay buenas razones en contra, y en vista de toda la situación de una guerra que ha estado en curso durante casi un año, todos los pros y los contras deben sopesarse con mucho cuidado”, dijo el ministro alemán. Con todo, y pese a que la cuestión de los Leopard quedó sin solventar, Boris Pistorius dio a entender que el asunto tampoco queda aparcado. Como “la decisión aún podría llegar”, Pistorius explicó que había encargado a su Ministerio que revise las existencias de Leopard 2 –el modelo actual del tanque– de que dispone.

Cuando están a punto de cumplirse once meses de guerra tras el inicio de la invasión rusa el 24 de febrero del año pasado, el ejército ucraniano presenta batalla y aguanta, pero Kyiv reclama carros de combate pesados de fabricación occidental para hacer frente a la ofensiva que, según apuntan analistas militares, prevé lanzar Vladímir Putin posiblemente en primavera. El ejército ucraniano continúa utilizando muchos tanques de fabricación soviética o ya rusa T-72, considerados inadecuados para intentar romper las líneas rusas y penetrar en territorio ocupado.

 “Agradecemos enormemente todo apoyo recibido hasta ahora y sus sistemas de defensa antiaérea, pero necesitamos artillería y tanques”, insistió el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en una alocución virtual desde Kyiv por la mañana, en la apertura de los trabajos en Ramstein. Por la noche, tras el jarro de agua fría a sus expectativas, el líder ucraniano prometió que Ucrania seguirá insistiendo. “Cada día hacemos más obvio que no hay otra alternativa que tomar una decisión sobre los tanques”, dijo en un vídeo.

El pulso por los carros de combate occidentales se ha centrado en los Leopard alemanes, pero tampoco Estados Unidos se presta por ahora a suministrar sus Abrams, con el argumento del complejo mantenimiento y retos logísticos que conlleva este tanque pesado de alta tecnología. Los estadounidenses dicen también que es más operativo desplazar los Leopard que se hallan en suelo europeo, al ser este un tanque utilizado en varios ejércitos del continente. Solo el Reino Unido despachará a Ucrania 14 unidades del tipo de tanque pesado moderno que imploran Zelenski y los suyos: el británico Challenger 2.

El temor a una escalada militar con Moscú y la reticencia de Alemania a significarse liderando el campo occidental explican el bloqueo, según los analistas.

En rueda de prensa por la tarde, el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, pasó de puntillas por el veto alemán a los Leopard, y recordó que Berlín “esta contribuyendo mucho” al esfuerzo bélico, con los blindados de combate Marder, el sistema antimisiles Patriot [estadounidense] que cederá a Ucrania, y otras remesas de armas. Austin incluso rebajó la importancia inmediata de los carros pesados arguyendo que por primera vez se enviarán al frente blindados estadounidenses Stryker y Bradley. “Realmente esto no va de una única plataforma”, dijo refiriéndose a los tipos de armamento.

A su lado, el general estadounidense Mark A. Milley admitió que será “muy, muy difícil expulsar este año a las tropas rusas de los territorios que ocuparon”, y que la meta es más bien lograr “una estabilización del frente” y que los ucranianos “consigan recuperar cuanto más territorio posible”. En su saludo matinal, Austin había dicho que “Rusia se está reagrupando, reclutando y tratando de reequiparse”, por lo que “no es un momento para bajar el ritmo; es el momento para profundizar”.

Tras la reunión fueron anunciadas donaciones de diversos tipos de armas, munición y vehículos por parte de Polonia, Dinamarca, Letonia, Lituania y Portugal, entre otras naciones. Estados Unidos dijo que su nuevo paquete de respaldo militar será de 2.500 millones de dólares.

Entre los 54 países participantes en el encuentro de Ramstein había ministros de Defensa y jefes de Estado mayor europeos, pero también de países geográficamente más alejados, como Australia y Japón. España no envió esta vez a ningún representante.

Similar escenario de bloqueo alemán se vivió en Ramstein hace nueve meses, el pasado abril, en la primera cita de países aliados sobre a ayuda militar a Ucrania. Entonces, Alemania se resistía a enviar otro tipo de tanques, los Gepard, equipados con artillería antiaérea y menos robustos que los Leopard. El apremio internacional impulsó finalmente al Gobierno de Scholz a autorizar el suministro de 50 Gepard a Kyiv. (Reuters)