La 'premier' Liz Truss ha agitado aún más la guerra abierta en el Partido Conservador advirtiendo que no piensa dar marcha atrás con sus controvertidas recetas económicas. "Cuando hay cambio, hay disrupción", declaró la 'premier' en el cierre de la caótica conferencia de los 'tories' en Birmingham. "No todos estarán a favor, pero todos se van a beneficiar del resultado: una economía que crece y un futuro mejor".

Truss fue recibida con una ovación de sus fieles, pero fue interrumpida a los diez minutos por dos activistas de Greenpeace que mostraron una pancarta donde se leía: "¿Quién ha votado por esto?".

La 'premier' arrancó en un tono más personal, intentando conectar con los británicos y convencerles de de que las rebajas fiscales van a significar más dinero en sus bolsillos: "Yo quiero lo que vosotros queréis (...) Bajar los impuestos es moralmente y económicamente correcto. Cuando el Estado es demasiado grande, la gente se siente demasiado pequeña".

Aun así, Truss reconoció que el anuncio de la reducción del tipo impositivo a las rentas altas del 45% al 40% fue "una distracción" y justificó así su retirada ante las críticas: "He escuchado y entendí el mensaje".

En una atmósfera envenenada, con acusaciones cruzadas de un "golpe" a sus espaldas y llamadas a la "responsabilidad colectiva", la líder conservadora se ha jugado su supervivencia política en Birmingham ante un partido desmoralizado, desorientado y desmoronado en las encuestas. Al mes de su llegada al poder, Truss recordará Birmingham como el lugar de luna de hiel.

Su discurso final ha vuelto a ponerla en el disparadero ante sus propios correligionarios, que fueron desertando de la ciudad maldita desde un día antes para evitar la huelga de los trenes. Como pasando por encima de la tormenta creada por ella misma, Truss repitió en su discurso las mismas y gastadas fórmulas que le han hecho tocar fondo al mes de su llegada al poder.

"MARCHA ATRÁS"

Truss atacó a la así llamada "coalición contra el crecimiento", a modo desquite por las presiones para renunciar al recorte de impuestos a los más ricos con la que arrancó la conferencia. Pese a la "marcha atrás" en Birmingham, la 'premier' reiteró que ese seguirá siendo uno de sus objetivos en el futuro, en el contexto de la mayor rebaja fiscal en medio siglo.

"Este un gran país, pero necesitamos hacer las cosas de un modo diferente para aprovechar el enorme potencial", declaró en su discurso. "No estamos haciendo lo suficiente. Tenemos que movernos. No podemos permitirnos más desvíos ni retrasos".

"Por demasiado tiempo, nuestra economía no ha crecido con la fortaleza que debería", proclamó Truss, en el momento de recordar su credo neoliberal. "Por demasiado tiempo, el debate ha estado dominado en cómo distribuir un limitado pastel político. En vez de eso, tenemos que lograr que el pastel crezca de manera que a cada uno le toque una porción mayor, y eso es lo que voy a hacer con una nueva aproximación para salir de este ciclo del altos impuestos y bajo crecimiento".

"El reto es inmenso", reconoció la 'premier'. "Tenemos una guerra en Europa por primera vez en una generación. Nos enfrentamos a un mundo más incierto después del Covid. Estamos ante una crisis económica global".

BREXIT

Truss prometió "aprovechar las promesas y las libertades" del Brexit. "Vamos a asegurarnos que la burocracia de la UE pasa la historia a finales de este año", dijo. La 'premier' extendió las críticas a la interferencia de Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la deportación de refugiados a Uganda: "Ningún juez europeo prevalecerá sobre nosotros".

"Tengo tres prioridades para nuestra economía: crecimiento, crecimiento y crecimiento", proclamó Truss. La 'premier' resistió a las presiones de su propio partido y mantuvo la compostura hasta el momento final, cuando instó a sus correligionarios a "mantener el curso".

"¿Ha sido suficiente?", fue la pregunta con la que se marcharon los delegados conservadores de Birmingham, conscientes del calvario que le espera aún a su líder en el regreso a Westminster.

La 'premier' volvió a culpar implícitamente la situación internacional de la volatilidad en los mercados y del impacto que tuvo el anuncio de su presupuesto de emergencia, que planea llevar en los próximos días al Parlamento: "Somos el único partido con la determinación de cumplir y liberar el pleno potencial de nuestro gran país. Así es como construiremos una nueva Gran Bretaña en una nueva era".

Pese a los aplausos de los últimos acólitos que le arroparon en Birmingham, Liz Truss se enfrentará a la verdadera prueba de fuego la semana que viene, cuando vuelva a verse la caras con sus correligionarios en el Parlamento. "No nos vamos a quedar con las manos cruzadas mientras sigamos cayendo así en las encuestas", advirtió el ex secretario de Transportes Grant Shapps, uno de sus mayores críticos estos días. "Yo quiero que Liz tenga éxito y sea capaz de darle la vuelta a la situación. Hay todavía una ventana de oportunidad".

SONDEO: LIZ TRUSS YA ES MÁS IMPOPULAR QUE BORIS JOHNSON

La primera ministra británica, Liz Truss, es ya más impopular que su antecesor en el Gobierno, el también tory Boris Johnson, e incluso que el exlíder del Laborismo Jeremy Corbyn, según un sondeo divulgado este miércoles (5.10.2022), coincidiendo con la clausura del congreso conservador en Birmingham.

La popularidad de la nueva jefa del Ejecutivo ha caído en picado en los últimos días tras una semana tumultuosa, en la que ha sido cuestionada a raíz del anuncio de su controvertido plan económico para hacer crecer la economía y tras haber dado marcha atrás en una de las medidas más polémicas de ese programa, la rebaja del tramo más alto del impuesto sobre la renta del 45 al 40 por ciento.

La citada encuesta, difundida hoy por la firma YouGov en su web, revela que solo un 14 por ciento de los ciudadanos admiten ahora tener una impresión "favorable" sobre Truss, frente al 26 por ciento encuestado entre los pasados 21 y 22 de septiembre. (EFE)