El estudio lo ha realizado un equipo internacional liderado desde el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (IMIBIC) y la Universidad de Córdoba (UCO), en España ambas instituciones
Los autores del estudio han comprobado que el cerebro, a través de unas moléculas reguladoras denominadas microARNs (cuya función es controlar qué genes de una célula se expresan), es capaz de influir en la capacidad reproductiva de hembras y machos. La investigación permite confirmar que los microARNs influyen en que “se entre en la pubertad y en que la reproducción se mantenga en la etapa adulta”, como afirma Manuel Tena-Sempere, investigador del grupo "Regulación hormonal del balance energético, la pubertad y la reproducción" del IMIBIC, profesor del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la UCO y codirector, junto a Juan Roa, de esta investigación.
En concreto, este equipo ha estudiado la influencia de los microARNs en las neuronas Kiss1, que son fundamentales tanto para la activación puberal del eje reproductor, como para que este eje reproductor funcione bien durante toda la etapa adulta. De hecho, alteraciones que afectan al sistema Kiss1 se han asociado a ausencia de pubertad e infertilidad en humanos.
Empleando ratones transgénicos a los que suprimieron la síntesis de microARNs solo en las neuronas Kiss1, el equipo investigador comprobó que los ratones desarrollaban infertilidad a largo plazo. Es decir, que los microARNs en neuronas Kiss1 son indispensables para la función reproductiva. Esto se produce porque esas moléculas se encargan de influir en unos represores de las neuronas Kiss1. Sin los microARNs, esos represores impedían el correcto funcionamiento de la función reproductiva.
El estudio ha puesto igualmente de manifiesto que el curso temporal de la eliminación de microARNs es distinto entre ambos sexos, en línea con las diferencias en la complejidad de los mecanismos de reproducción, que es en general superior en el sexo femenino. Sin los microARNs en neuronas Kiss1, los ratones machos iniciaban la pubertad y podían llegar a ser fértiles durante un breve tiempo, mientras que las hembras nunca alcanzaban la pubertad.
Aunque se trata de una investigación básica cuyas implicaciones no serán inmediatas, los resultados del estudio permiten abrir nuevas vías de investigación, desde comprender las bases de algunas patologías que afectan a la reproducción humana, como la infertilidad, hasta emplear los microARNs en tratamientos terapéuticos.
El estudio se titula “Dicer ablation in Kiss1 neurons impairs puberty and fertility preferentially in female mice”. Y se ha publicado en la revista académica Nature Communications. (Fuente: UCO)