Reino Unido mantuvo su tasa de desempleo correspondiente al segundo trimestre del año en el 3,8% según los datos de la Oficina nacional de estadísticas (ONS, en inglés). Este organismo también contabilizó un descenso en el número de vacantes de empleo entre abril y junio. Según los datos desglosados, el número de personas empleadas con nómina subió en 73.000 durante ese periodo hasta situarse en 29,7 millones, mientras que la tasa de empleo se situó en el 75,5% entre abril y junio.
La inactividad económica fue del 21,4%, en tanto que se registraron 1,27 millones de vacantes de empleo entre mayo y julio, 19.800 menos que en el trimestre anterior. El director de estadísticas de la ONS, Darren Morgan, aseguró que la supresión de empleos está en niveles muy bajos y agregó que el "valor real" de los salarios continúa bajando. Según cálculos de la ONS, una vez que se tiene en cuenta el incremento de los precios, el valor real de los salarios, excluyendo pagas extras, ha bajado un 3% en el último año. "Excluyendo las pagas extras, está bajando (al ritmo) más veloz desde que se registraron récords comparables en 2001", subrayó el directivo.
El dato de la tasa de desempleo antecede a la publicación de la tasa de inflación interanual, que podría registrar un nuevo repunte dadas las previsiones del Banco de Inglaterra, que espera que ascienda del 9,4% hasta un 13% a finales de año. El regulador también ha advertido del riesgo de recesión de cara a 2023, para lo cual el pasado 4 de agosto anunció una subida en los tipos de interés, del 1,25% al 1,75%, su nivel más alto desde diciembre de 2008 y la más agresiva desde 1995. Esta subida pretende hacer frente al alza de los precios por la reactivación económica tras la pandemia, la guerra en Ucrania y el incremento del coste de la energía.
Estos datos se producen en un contexto de incertidumbre en el Reino Unido después de conocerse los escándalos de su Primer Ministro, Boris Johnson, que supusieron su dimisión en el mes de julio, aunque no será efectiva hasta septiembre, cuando dejará el cargo. El Banco de Inglaterra ya alertó de que el crecimiento del PIB del Reino Unido "se está desacelerando" debido al encarecimiento de los precios de la energía, posibilitando que el Reino Unido "entre en recesión a partir del cuarto trimestre de este año". El regulador adelantó una "drástica caída" de los ingresos reales de los hogares en 2022 y 2023 junto a tasas negativas de crecimiento del consumo.
Este mismo organismo adelantó una caída del empleo para el próximo año, que podrían facilitar una caída de la tensión inflacionaria y del crecimiento de los salarios, disminuyendo a su vez la presión sobre los precios a nivel interno. Espera así que se disipen las tensiones inflacionistas a partir del segundo semestre del próximo año, cuando los mercados ya hayan asumido las consecuencias derivadas de la guerra de Ucrania y el incremento de precios que ha causado.
EL BANCO DE INGLATERRA SUBE LOS TIPOS AL 1,75%, SU MAYOR ALZA DESDE EL AÑO 1995
La actuación responde al alza de los precios tras la pandemia del coronavirus y la guerra de Ucrania que ha disparado el coste de la energía.
Golpe de efecto británico tras el Banco Central Europeo y la Reserva Federal. El Banco de Inglaterra subió este jueves los tipos de interés en el Reino Unido del 1,25% al 1,75%, el nivel más alto desde diciembre de 2008, debido al continuo incremento de la inflación interanual, que está en el 9,4%. El incremento, ampliamente esperado por los analistas, responde al alza de los precios por la reactivación económica tras la pandemia, la guerra en Ucrania y el alza del coste de la energía. Al término de su reunión, el Comité de Política Monetaria del banco emisor inglés optó por este nuevo incremento, mientras que la entidad alertó de una posible recesión en el Reino Unido.
La subida de tipos anunciada este jueves representa la más agresiva desde 1995 y amplía a seis reuniones consecutivas la secuencia de incrementos del precio del dinero acometida por el Banco de Inglaterra, que adoptó la decisión por una mayoría de ocho votos a favor y uno en contra, ya que Silvana Tenreyro prefería una subida de 25 puntos básicos.
"Las presiones inflacionarias en el Reino Unido y el resto de Europa se han intensificado significativamente", ha reconocido la vieja dama de Threadneedle Street en su análisis, donde atribuye esta evolución al fuerte aumento de los precios mayoristas del gas desde mayo, debido a la restricción de suministro a Europa por parte de Rusia y el riesgo de nuevas restricciones.
De este modo, el banco central británico ha advertido de que, a medida que esto se traslade a los precios minoristas de la energía, se agravará la caída de la renta disponible de los hogares del Reino Unido y aumentará aún más el IPC a corto plazo. "Se espera que el IPC aumente más de lo previsto en mayo, del 9,4% en junio a algo más del 13% en el cuarto trimestre de 2022, y se mantenga en niveles muy elevados durante gran parte de 2023, antes de caer al objetivo del 2% dentro de dos años", ha anticipado.
Asimismo, el Banco de Inglaterra ha advertido de que el crecimiento del PIB del Reino Unido "se está desacelerando", lastrado por el encarecimiento de la energía, por lo que se prevé que Reino Unido "entre en recesión a partir del cuarto trimestre de este año", registrándose una "drástica caída" de los ingresos reales de los hogares en 2022 y 2023, mientras que el crecimiento del consumo se vuelve negativo.
Sin embargo, el instituto emisor británico confía en que las presiones inflacionistas se disipen con el tiempo, añadiendo que probablemente el desempleo aumente a partir de 2023, lo que ayudará a que las presiones sobre los precios a nivel interno disminuyan en la segunda mitad del período de pronóstico, a medida que aumenta el grado de holgura económica y la menor inflación alivie la presión sobre el crecimiento de los salarios. (EP)