"Haremos todo lo posible e imposible, lo que dependa de nosotros, para que las casas estén calentitas. Pero les pido a todos que preparen ropa abrigada para el hogar, mantas de abrigo, porque no descartamos que la temperatura en los hogares esté a varios grados por debajo de lo normal. La norma son 21 grados, pero pueden ser 19 o 18", advirtió el alcalde en una entrevista con el diario Babel.
Klichkó no descartó que haya atentados terroristas o ataques a gasolineras, y dijo que los generadores y combustible se destinarán en primer lugar para la calefacción de los hospitales, jardines de infancia y escuelas. Mencionó también posibles cortes de energía, pero aseguró que se hará lo posible para evitarlos.
"Si hay cortes de energía, tenemos generadores. Si no hay calefacción o no hay gas, tenemos reservas de combustóleo. Podremos funcionar de forma autónoma durante un tiempo", señaló.
Crisis energética en Ucrania
Desde el golpe de Estado del 2014 en Ucrania, cada invierno se ha vuelto un desafío para la población por la negativa de las autoridades de adquirir el gas necesario para la calefacción directamente desde Rusia. Como resultado, Kiev compra el tan necesario combustible azul en los mercados europeos a un precio superior al ruso.
El 12 de agosto, el primer jefe adjunto de la comisión parlamentaria ucraniana de política fiscal y aduanera, Yaroslav Zhelezniak, comunicó que Kiev tiene previsto pedir un préstamo de 344 millones de dólares a Canadá por 10 años para comprar gas y así pasar la temporada de calefacción.
El director de Naftogaz Ukrayina, Yuri Vitrenko, destacó a finales de junio que las autoridades nacionales estaban discutiendo con Estados Unidos la posibilidad de financiar el suministro de gas natural en el marco del programa de préstamo-arrendamiento con el fin de crear reservas para la temporada de calefacción de invierno.
Según Vitrenko, las autoridades ucranianas quieren acumular 19.000 millones de metros cúbicos de gas en instalaciones de almacenamiento para la temporada de calefacción, lo que supone un gasto adicional de 8.000 millones de dólares. El jefe de Naftogaz ucraniano añadió que el país está negociando con socios internacionales para que le proporcionen fondos para comprar gas o se lo suministren a crédito.
Un diputado ucraniano propone decomisar parte del gas que transita a Europa
Gazprom, por su parte, sigue enviando el gas para Europa por el territorio de Ucrania en virtud de un contrato que expira en 2024. Por la estación de medición de gas de Suja se bombean diariamente un poco más de 40 millones de metros cúbicos de gas. Rusia ha subrayado repetidamente que está cumpliendo rigurosamente sus obligaciones en virtud de los contratos de gas. Según el presidente ruso, Vladímir Putin, Gazprom está dispuesto a bombear todo el gas que sea necesario a Europa.
El 22 de julio, el diputado y expresidente de la Rada Suprema Dmitro Razumkov declaró que Ucrania debería empezar a decomisar el "excedente" de gas ruso que fluye por los gasoductos de tránsito.
En opinión del político, la situación en la que las autoridades ucranianas bombean millones de metros cúbicos de gas a través de Ucrania y Kiev no tiene nada para llenar sus propias instalaciones de almacenamiento es una "paradoja". El diputado llamó a la elaboración de un plan estratégico para el sector conjuntamente con Naftogaz de Ucrania.
Esto podría agravar la ya existente crisis energética que vive Europa debido a las sanciones impuestas contra Rusia y la negativa de adquirir combustibles rusos.
La política de sanciones que emprende la Unión Europea contra Moscú es totalmente errónea, declaró al respecto el portavoz de la Asamblea Nacional de Hungría, Laszlo Kover. El vocero destacó que la crisis solo puede resolverse mediante la integración y el respeto mutuo.
A su vez, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, también criticó en numerosas ocasiones la política de sanciones del bloque comunitario, destacando que afecta gravemente a la economía de toda Europa y no alcanza su objetivo de debilitar a Moscú. En sus palabras, Europa puede encontrarse en una situación de "economía de guerra" si Bruselas no cambia su política de sanciones hacia Rusia.