"Satán va camino del infierno". La primera página del diario 'Jorasan', el decano de los periódicos del país, no dejaba lugar a dudas de cómo se ha recibido en algunos sectores iraníes el ataque contra el escritor Salman Rushdie. Desde que en febrero de 1989 el ayatolá Jomeini emitiera una fatua (decreto religioso) contra el novelista por "blasfemia", Rushdie es una de las 'bestias negras' del Irán más reaccionario.

El periódico conservador 'Kayhan', que se considera cercano a las tesis del actual guía supremo, Ali Jamenei, se deshizo en elogios por el ataque y lanzó "100 bendiciones de Dios" para el autor de la agresión, según informa la agencia Efe. "Felicitaciones a este hombre valiente y consciente del deber que atacó al apóstata y depravado Salman Rushdie en Nueva York", prosigue el medio, cuyo director es elegido por el propio Jamenei. "Besemos las manos del que desgarró el cuello del enemigo de Dios con un cuchillo", dice tal y como ha recopilado France-Presse.

Otros diarios recogen la noticia en sus portadas. 'Vatan-e Emrooz' titula: "Un cuchillo en el cuello de Salman". Y el reformista 'Etemad' califica a Rushdie de "apóstata", en línea con la agencia oficial de noticias, Irna.

El escritor británico nacido en India recibió varias puñaladas cuando se disponía a dar una conferencia en Nueva York. Un hombre de 24 años, identificado como Hadi Matar, del que se presume que es simpatizante de la Guardia Revolucionaria iraní, ha sido detenido como autor del atentado. No se conocen, por ahora, sus motivaciones.

Las autoridades políticas y religiosas han optado por la prudencia y a esta hora no han hecho declaraciones sobre lo ocurrido. En las redes sociales, algunos sectores han reaccionado celebrando el ataque y han compartido una proclamación del ayatolá Jamenei afirmando que la fatua contra Rushdie "era el disparo de una bala que no se detendrá hasta que alcance su objetivo".

Cuando Rushdie publicó su libro 'Los versos satánicos', muchos musulmanes la consideraron un insulto al profeta Mahoma y al Corán. Fue prohibido en países como India, Pakistán, Egipto, Arabia Saudí y Sudáfrica. El 14 de febrero de 1989, el ayatolá Ruholá Jomeini, promulgó una fatua que supondría una sentencia de muerte para el escritor. "Me gustaría informar a los orgullosos musulmanes del mundo que el autor del libro 'Los versos satánicos', que es contrario al islam, el profeta y el Corán, al igual que aquellos implicados en su publicación conscientes de su contenido, han sido sentenciados a muerte". El líder iraní acababa pidiendo "a todos los musulmanes que los ejecuten" y se ofreció una jugosa recompensa.

El mundo musulmán se incendió en protestas contra el libro y Rushdie vivió durante años protegido por guardaespaldas temiendo por su vida. Cuando a finales de los años 90 llegó a la presidencia de Irán el moderado Mohamad Jatami, su Gobierno se alejó del edicto promulgado por Jomeini. Éste ya había muerto y le sucedió Ali Jamenei que, sin embargo, nunca renegó de la fatua. El guía supremo, verdadera autoridad en Irán por encima del Gobierno, ratificó la sentencia en 2017. "El decreto continúa tal y como lo emitió Jomeini", dijo entonces, para volver a confirmarla dos años más tarde como "irrevocable".

"PEÓN DEL IMPERIO"

A falta de que el propio Jamenei se pronuncie ahora sobre una cuestión que él ha querido mantener viva y sobre sus consecuencias, uno de los asesores del equipo negociador nuclear del país, Seyed Mohammad Marandi, se ha expresado así: "No voy a derramar ni una lágrima por un escritor que ha esparcido el odio a los musulmanes y el islam". El funcionario, se explayó en sus críticas personales al escritor: "Rushdie es un peón del imperio que se hace pasar por un novelista poscolonial".

Sin embargo, puso en cuestión los motivos del ataque en un momento precisamente en que Irán está logrando avances en las conversaciones para resucitar el acuerdo sobre su programa atómico de 2015. "No es raro que cuando se acerca un potencial acuerdo nuclear, EEUU habla de un ataque contra Bolton [el asesor de Seguridad Nacional de Trump] y ahora esto [en referencia al atentado contra Rushdie]". El miércoles, EEUU acusó a un ciudadano iraní de intentar asesinar al aliado de Trump.

Keyvan Saedy, gurú del conservadurismo iraní, expresó en Twitter: "Esto merece felicitaciones: Con la voluntad de Dios, celebraremos que Salman Rushdie irá al infierno pronto", según recoge el diario británico 'Daily Mail'. Otro activista de redes sociales en la misma línea, Hossein Saremi, describió su propia versión de los hechos afirmando que "un león" atacó a Rushdie y que Matar es uno de los "soldados del Islam". Acabó su diatriba con esta sentencia: "La venganza puede retrasarse, pero es inevitable".

Algunas cuentas vinculadas a la Guardia Revolucionaria, una rama de las Fuerzas Armadas iraníes con amplio poder político y económico y vinculada a Jamenei, también expresaron sus simpatías hacia Hadi Matar.

Las reacciones también se produjeron en contra con igual o más fuerza. La activista iraní Atena Daemi, que ha salido de prisión recientemente tras ser condenada a cinco años por criticar las ejecuciones a muerte, ha expresado su rechazo al ataque al escritor y ha acusado al régimen de los ayatolás de cometer "crímenes a lo largo del planeta", según recoge Efe.

El bloguero disidente Hosein Ronaghi-Maleki también ha utilizado Twitter para pronunciarse en contra los métodos del régimen iraní a propósito del ataque sufrido por Rushdie. "Esta es la verdadera República Islámica", posteó. Y criticó a Occidente por negociar con Teherán: "Negociáis con tal régimen y autorizáis a sus partisanos y lobistas en vuestra sociedad. ¿Podéis comprender lo que sentimos como rehenes de este régimen?". Ronaghi-Maleki, considerado por Reporteros Sin Fronteras como un defensor de la libertad de información, fue detenido en 2009 por ayudar a periodistas a sortear la censura en Internet. Pasó seis años en prisión. (AP)