La complejidad de la nueva política francesa se resumía este martes en dos estampas muy distintas. Por un lado, un grupo de jóvenes diputados de Nupes, la alianza de izquierda liderada por Jean-Luc Mélenchon, se fotografiaba sonriente a las puertas de la Asamblea Nacional francesa. Por otro, un Emmanuel Macron bastante menos relajado se reunía con algunos dirigentes de la oposición, tratando de buscar alianzas para salvar su mandato y mientras intentaba frenar la marcha de la primera ministra, Élisabeth Borne.
Horas después de haber perdido la mayoría absoluta en el Parlamento, Macron afronta sus primeras crisis. Élisabeth Borne presentó su dimisión este martes pero Macron la rechazó porque quiere que el Gobierno «siga trabajando ante los retos que tiene por delante», sobre todo en este periodo inédito en el que el país se encuentra sin una mayoría clara en la Asamblea.
En Francia es normal que, tras unas elecciones legislativas, el jefe de Gobierno ofrezca su dimisión al presidente. Normalmente, éste la acepta y vuelve a nombrarle en el cargo, pero estas circunstancias son atípicas. La coalición del presidente es la que tiene más diputados, pero no los suficientes para sacar adelante las reformas.
Para ello Macron necesita 44 escaños más y desde este martes se reúne en el Elíseo con los dirigentes de los partidos con una sensibilidad más parecida para conseguir estos apoyos. Se ha visto con el líder de Los Republicanos, cuarta fuerza en la Asamblea. Su presidente, Christian Jacob, dijo que seguirían en la oposición y que no le van a dar el apoyo ilimitado que espera.
«No bloquearemos las instituciones, pero tampoco entraremos en una lógica de pactos», dijo el dirigente del partido tras su reunión con el presidente. Añadió también que sí podrían negociar y apoyar determinadas leyes o proyectos.
Emmanuel Macron se reunió también con Le Pen, que le advirtió de que va a rechazar la reforma de las pensiones, una de las más polémicas y clave del mandato de Macron, y hará lo propio con los proyectos que considere oportunos.
ALTERNATIVAS
Emmanuel Macron tiene varias opciones: o logra un acuerdo con algún partido y consigue reunir esos 289 diputados que necesita para tener mayoría y seguir adelante con su programa, o negocia ley por ley, diputado por diputado.
El líder de extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon, pidió a Elisabeth Borne que se someta a un voto de confianza de los diputados, pues, en su opinión, Borne «no tienen ninguna legitimidad, cero». Mientras, Reagrupamiento Nacional, el partido de Marine Le Pen, ha dicho que no apoyará la moción de censura contra el Gobierno que Nupes va a presentar el próximo 5 de julio.
Borne recibirá la semana que viene a los presidentes de algunos grupos parlamentarios. «La primera ministra está trabajando y prepara los decretos que queremos sacar adelante en los próximos días», dijo la portavoz del Gobierno, Olivia Grégoire.
La primera ministra francesa presenta su dimisión a Macron pero el presidente la rechaza
Macron se reúne hoy y mañana con los líderes de otros partidos políticos para buscar salidas a la difícil situación del Ejecutivo tras los malos resultados en las legislativas.
La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, presentó este martes su dimisión a Emmanuel Macron después de que el partido en el poder perdiera su mayoría legislativa en las elecciones del domingo, pero el mandatario no la aceptó.
Según la presidencia francesa, el jefe de Estado desea que el gobierno "siga trabajando y actuando", por lo que Borne se mantendrá en el cargo, y va a reunir al gobierno este martes.
La coalición de Macron ¡Juntos! obtuvo 245 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional (cámara baja), es decir le faltan 44 escaños para llegar a la mayoría absoluta.
El frente de izquierdas, llamado Nupes, que reúne a la izquierda radical, ecologistas, comunistas y socialistas, logró 137 y la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, 89, cifra que multiplica por once los diputados logrados por esta formación en 2017.
DIMISIÓN NATURAL
Es habitual que tras las elecciones legislativas el jefe de gobierno ofrezca su dimisión. En general, el presidente la acepta y vuelve a nombrarlo en el cargo.
Sin embargo, este martes, Emmanuel Macron eligió rechazar esta dimisión ritual cuando se presenta ante él una serie de obligaciones internacionales (Consejo europeo, G7, cumbre de la OTAN) a partir del jueves.
Antes de todo ello, el presidente francés va a llevar a cabo "las consultas necesarias" con otros partidos de oposición para presentar "soluciones constructivas", según precisó su servicio de comunicación
Así, Macron, que fue reelegido en abril para un segundo mandato de cinco años, recibirá este martes y el miércoles a los jefes de los partidos de la oposición.
Macron ya se reunió en la mañana del martes con el presidente de Los Republicanos (LR, derecha) y el primer secretario del Partido socialista (PS).
La Francia insumisa (LFI), partido líder del frente de izquierda Nupes liderado por Jean-Luc Mélenchon, prevé depositar una moción de censura contra el gobierno el 5 de julio.
Si una mayoría de los diputados la votara --lo que necesitaría un improbable acuerdo entre la izquierda, la derecha y la extrema derecha-- el gobierno caería.
"VALORES REPUBLICANOS"
Francia entra en un período de gran inestabilidad política debido a la falta de mayoría absoluta para las tropas de Macron en la Asamblea nacional.
La coalición centrista liberal, que obtuvo en el primer mandato de cinco años una confortable mayoría absoluta (fijada en 289 diputados) solo conserva 245 escaños sobre un total de 577, al término de las legislativas del domingo.
Detrás del frente de izquierda Nupes, y de la RN, la derecha clásica de LR, con 61 diputados, puede colocarse en situación de árbitro y por ello el campo presidencial inmediatamente le ha tendido la mano.
Pero antes de su reunión con Macron, el presidente de LR, Christian Jacob, rechazó el martes cualquier idea de pacto con el gobierno y aseguró que su partido no se convertiría en la "rueda de repuesto" de la mayoría gubernamental.
"Seguimos estando en la oposición, de forma determinada pero responsable", precisó.
El secretario general de LR Aurélien Pradié había sin embargo indicado el lunes que "de ninguna manera" él votaría la moción de censura de la izquierda, con la que no comparte comunes "valores republicanos" ni "proyectos" para el "futuro de nuestro país".
La coalición presidencial, cuyo proyecto de jubilación a los 65 años es rechazado tanto por la izquierda como por la extrema derecha, tiene dos opciones: o cierra un acuerdo de gobierno con otros partidos, algo habitual en Alemania pero inusual en Francia; o negocia puntualmente cada texto de ley.
Esta situación vuelve a colocar al parlamento francés en el centro del juego político, algo que no ocurría desde 1958, cuando se instauró la V República.
Tras un primer quinquenio marcado por episodios que dividieron a los franceses, como el movimiento popular de los "chalecos amarillos" en 2018-2019, y en un contexto internacional tenso que afecta el poder adquisitivo de la población, Macron -a menudo calificado de "presidente delos ricos"- tiene un índice de popularidad mediano: 56% de los franceses creen que no es un buen jefe de Estado, según un sondeo Odoxa del 31 de mayo. (AFP/EFE)