El principio es el mismo y siempre se están buscando las mejores enfriadoras de agua industriales, especialmente ahora con el precio de la energía desbocado.
¿Cómo funcionan?
Suele haber dos circuitos cerrados, uno para el agua y otro para el refrigerante, el cual no queremos que se mezcle con el agua de ninguna de las maneras, pues entonces haría que este líquido perdiese sus propiedades.
Con estos dos circuitos se aprovechan las leyes de la termodinámica, que nos dicen que el calor siempre pasa de una zona caliente a una fría y en este caso el agua es la que aporta el calor y el refrigerante el que la recibe.
Cuando el agua tiene una temperatura alta, y mediante una bomba, se lleva al evaporador. Aquí está el refrigerante y el calor va del agua a este elemento, de forma que el refrigerante pasa de líquido a gaseoso gracias al calor que pierde el agua.
Este gas va a un compresor que aumenta su presión y de ahí lo lleva a un condensador que es donde se produce “la magia”, pues a medida que el refrigerante se convierte en líquido va cediendo calor que se vierte al exterior.
Ahora, ya en estado líquido, se lleva a una válvula de expansión para que pierda presión y otra vez se pasa al evaporador en un ciclo infinito, en un proceso que está más que probado, que es fiable y económico.
Existen enfriadoras que se ayudan del aire para bajar la temperatura
Hay casos en los que las enfriadoras usan el aire (en lo que se llaman equipos aire-agua) con el fin de obtener agua más fría, y para ello cogen el aire del entorno a través de unos grandes ventiladores.
La idea aquí es que haya un intercambio térmico, cediendo parte del calor del agua al aire, y son, actualmente, los equipos más extendidos al evitar la aparición de la temida Legionella.
¿Para qué se emplean estas máquinas?
Los usos son casi infinitos, ya que son muchas las industrias que necesitan agua fría, como por ejemplo en aquellas que se dedican a fabricar plásticos. Aquí, el agua se encarga de bajar la temperatura de las piezas o de los moldes.
En la alimentación también las podemos ver en casi todas las fábricas, tanto para bajar la temperatura de los botes cuando se llevan a ebullición con el fin de esterilizarlos, como en aquellos casos en los que los productos no se pueden lavar con agua caliente.
No podemos olvidar la industria farmacéutica, que es una de la que debe tener más cuidado en los procesos y de ahí que la temperatura del agua que necesita sea muy importante a la hora de que sus medicamentos sean efectivos.
Por último, debemos tener presente a la hostelería, en donde las enfriadoras de agua sirven con el fin de enfriar el ambiente de grandes superficies, como restaurantes u hoteles. (NCYT)