"Siguiendo el espíritu de la doctrina Monroe, EEUU quiere dictar según qué normas debe vivir América Latina. La cuestión es si los estadounidenses son realmente capaces de seguir el principio clave de la Carta de la ONU que establece que las Naciones Unidas se basan en la igualdad soberana de los Estados", sostuvo el canciller.

"Los que no están de acuerdo serán castigados. Está claro que no solo Rusia será castigada, más aún porque nosotros responderemos. Se ataca a todos los que son capaces de llevar a cabo una política independiente", dijo.

El canciller ruso indicó que la Unión Europea está perdiendo signos de autonomía en favor de EEUU.

"La Unión Europea está perdiendo su autonomía, conformándose obedientemente a los planes anglosajones de crear un orden mundial unipolar, sacrificando la calidad de vida de los europeos y su propio interés para complacer a Estados Unidos", sostuvo Lavrov.

En estas condiciones el acercamiento de Rusia con las principales economías en desarrollo como China y la India, entre otras, es un proceso inevitable, según el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

"Una mayor convergencia con nuestros asociados fuera de los antiguos 'mil millones dorados' es un proceso absolutamente inevitable y de carácter mutuo", dijo Lavrov.

Hablando de las relaciones entre Rusia y China, el canciller destacó que estas se encuentran en la mejora etapa "de toda su historia".

Además, según Lavrov, "se está profundizando la altamente privilegiada asociación estratégica con la India, la asociación estratégica con Argelia, Egipto, mientras que las relaciones con los países del golfo Pérsico alcanzan un nuevo nivel".

El ministro indicó que "lo mismo se produce en las relaciones con la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental, otros países de la región de Asia-Pacifico, Oriente Medio, Asia, África, América Latina".

"Nos damos cuenta de que en el actual momento crítico (...) se está determinando el lugar de Rusia y de otros (países) en la futura arquitectura del orden mundial", enfatizó.

El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció en la madrugada del 24 de febrero el lanzamiento de una operación militar especial en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al genocidio por parte de Kiev.

Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es la desmilitarización y la desnazificación de Ucrania. Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.

Numerosos países, con excepciones como China, condenaron en términos enérgicos la operación militar de Rusia en Ucrania y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales.