Las pruebas piloto de la vacuna antipalúdica, realizadas por primera vez en abril de 2019 por el Gobierno de Malawi, han demostrado que la vacuna RTS,S/AS01 (vacuna antipalúdica RTS,S) es segura, su administración es viable, y reduce sustancialmente la forma grave y mortal de la enfermedad.
Estos hallazgos han allanado el camino para que se materialice la histórica recomendación de la OMS de octubre de 2021 de utilizar de forma extensa la vacuna antipalúdica RTS,S en niños que viven en zonas donde la transmisión de la enfermedad es entre moderada y alta. Si se suministra ampliamente, la OMS calcula que la vacuna podría salvar la vida de otros 40.000 a 80.000 niños africanos cada año.
Gavi, la Alianza para las Vacunas ha garantizado más de 155 millones de dólares para apoyar la introducción, adquisición y entrega de la vacuna antipalúdica en los países del África subsahariana que reúnen las condiciones que exige la organización. Los países disponen de orientación de la OMS para cuando se planteen si utilizar, y cómo, la vacuna antipalúdica RTS,S como un instrumento adicional de reducción de muertes y casos infantiles de malaria.
«En los inicios de mi carrera como investigador de la malaria soñaba con el día en que tendríamos una vacuna eficaz contra esta devastadora enfermedad», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «Esta vacuna no es solo un avance científico, sino un cambio para la vida de las familias de toda África. Demuestra el poder de la ciencia y la innovación para la salud. Aun así, se necesita desarrollar urgentemente más y mejores instrumentos para salvar vidas e impulsar el progreso hacia un mundo exento de paludismo».
Perspectivas de nuevas intervenciones
La vacuna antipalúdica RTS,S es una vacuna de primera generación que podría complementarse en el futuro con otras vacunas de eficacia similar o superior. La OMS acoge con satisfacción los avances realizados en el desarrollo de R21/Matrix-M y otras vacunas experimentales antipalúdicas en las primeras fases de desarrollo clínico. Para valorar la seguridad y eficacia de estas vacunas será importante finalizar con éxito los ensayos clínicos. La OMS también acoge con satisfacción la noticia de BioNTech, fabricante de la vacuna Pfizer-BioNTech contra la COVID-19, sobre su intención de desarrollar una vacuna antipalúdica utilizando tecnología de ARNm.
En el ámbito del control de vectores, se ha presentado a la OMS una serie de nuevos instrumentos y tecnologías para su evaluación. Si se demuestra su eficacia en el control de la enfermedad, la OMS formulará nuevas recomendaciones o modificará las existentes para apoyar su distribución. Algunos de estos son, por ejemplo, nuevos tipos de mosquiteros tratados con insecticida, repelentes de mosquitos, soluciones de genética dirigida y cebos de azúcar diseñados para atraer y matar a los mosquitos Anopheles. También se están preparando nuevos medicamentos. La OMS acoge con satisfacción la reciente aprobación por el organismo de regulación australiano, la Therapeutic Goods Administration, de los comprimidos de tafenoquina de dosis única para la prevención del paludismo por P. vivax en niños. La tafenoquina también ha sido aprobada para su uso en adultos por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos y por organismos reguladores de medicamentos en otros países, entre ellos Brasil, Perú y Tailandia. Como dosis única, se espera que la tafenoquina apoye la adhesión al tratamiento. Según el protocolo actual se exige un curso de medicación de 7 o 14 días.
Se están desarrollando otros medicamentos antipalúdicos con nuevos modos de acción para el tratamiento de casos sin complicaciones y casos graves de malaria. Ganaplacide-Lumefantrine, actualmente en un ensayo clínico de fase 2, es el primer tratamiento combinado sin artemisinina y podría ser un activo en la lucha contra la incipiente malaria farmacorresistente en África.
Además de la farmacorresistencia, la OMS ha informado de otras amenazas apremiantes en la lucha contra el paludismo, como la resistencia de los mosquitos a los insecticidas, un vector invasivo del paludismo que prospera en zonas urbanas y rurales, y la aparición y propagación de parásitos mutados de P. falciparum que están socavando la eficacia de las pruebas de diagnóstico rápido. La innovación en instrumentos y estrategias será fundamental para contener esas amenazas, así como un uso más estratégico de los instrumentos disponibles hoy en día.
Se necesita más inversión
Según el Informe mundial sobre el paludismo de 2021, los avances a nivel mundial en la reducción de casos y muertes por la enfermedad se han desacelerado o estancado en los últimos años, particularmente en los países más afectados. En el informe se señala la necesidad de seguir innovando en la investigación y desarrollo de nuevos instrumentos para alcanzar las metas mundiales de 2030 de la estrategia de la OMS contra la malaria.
El financiamiento de la investigación y desarrollo sobre el paludismo alcanzó poco más de US$ 619 millones en 2020. Para el periodo de 2021 a 2030 se necesitará una inversión promedio anual de US$ 851 millones.
Aprovechar mejor los instrumentos disponibles actualmente
Alcanzar las metas mundiales en relación con la malaria también requerirá innovaciones sobre cómo se utilizan los instrumentos disponibles actualmente. A través de la estrategia de «De gran carga a gran impacto», puesta en marcha en 2018 por la OMS y la Alianza RBM para Poner Fin a la Malaria, los países más afectados por la enfermedad recopilan y analizan datos sobre la malaria para comprender mejor la propagación geográfica de la enfermedad.
En vez de aplicar la misma estrategia para el control de la malaria en todas partes, esos países están estudiando el posible efecto de utilizar conjuntos personalizados de medidas basadas en datos locales y el contexto de la enfermedad. Esos análisis permitirán a los países utilizar los fondos disponibles de una manera más eficaz, eficiente y equitativa. (Fuente: OMS. CC BY-NC-SA 3.0 IGO)