La decisión “confirma la voluntad de la UE de denunciar” estos abusos “ocurran donde ocurran”, dijo.
Si en Estados Unidos la ley nació en el 2012 a raíz de la muerte del experto ruso en finanzas Serguéi Magnitski, torturado tras destapar un gran caso de fraude y corrupción, en la Unión Europea el detonante para su aprobación fue el envenenamiento del opositor ruso Alexéi Navalni. El mecanismo se estrenó en febrero de este año con la adopción de sanciones contra cuatro altos funcionarios rusos implicados en la condena judicial a Navalni y un mes después se amplió a varios individuos chinos implicados en abusos contra la minoría uygur. También se aplican –y ahora se han renovado– a varios nacionales de Corea del Norte, Libia, Sudán y Eritrea.
El nuevo régimen de sanciones globales ofrece más flexibilidad a la UE a la hora de aplicar sanciones a personas o entidades concretas y es una alternativa al marco legal clásico de aprobar sanciones formalmente contra un país en concreto. Las personas señaladas tienen prohibido viajar al territorio comunitario y han visto congelados sus activos en la Unión.
Los Veintisiete se disponen además a redoblar su capacidad sancionadora con la aprobación, mañana, de una nueva herramienta legal que les permitirá reaccionar a las medidas punitivas de países terceros con contundencia y rapidez. Algunas de las decisiones comerciales adoptadas por la administración Trump acabaron por convencer a los gobiernos europeos de que era necesario poder contratacar o al menos amenazar con hacerlo. (Reuters)