La acelerada mutación política de Chile cumplió este lunes dos años, y con múltiples señales de que no se detendrá. Fue el 18 de octubre de 2019 que un grupo de jóvenes estudiantes ingresó a la red del metro de Santiago sin pagar el boleto, en protesta por el aumento de su valor. Veinticuatro meses después, el impacto de aquella acción es asombroso.

"Me gustaría mejorar la educación, la salud, me encantaría ser parte de este nuevo proceso de crear una nueva Constitución, de crear este nuevo Chile". La frase es de Benjamín Saez, un estudiante de 13 años que fue invitado por la Convención Constituyente para escuchar sus ideas. Pese al bajo perfil de la Constituyente en las últimas semanas, entre la ciudadanía hay entusiasmo. Atenta a ello, la televisión está incluyendo programas especiales en su programación para profundizar en el debate constitucional.

Mientras ese debate avanza, en las calles de múltiples ciudades del país, miles de manifestantes salieron este lunes a recordar el 18 de octubre, fecha ya emblemática en la historia del país.

Lo hicieron casi sin actos de violencia en los centros urbanos, y el "casi" tiene que ver con la explosión de una bomba en un contenedor en el Ministerio de Defensa y con incendios y ataques mapuches en el sur del país, donde cuatro provincias se mantienen en estado de excepción. Y, también, con la aparición de una figura, el "mediador" de Carabineros, que apunta a moderar la histórica mano dura y métodos expeditivos de la policía militarizada del país.

"Han sido capacitados para cumplir una función específica, que es la primera etapa, la gradualidad de la intervención", explicó un responsable de Carabineros en la televisión chilena. Dicho más llanamente, son los encargados de hablar y persuadir, una etapa previa a la entrada en acción de los carros hidrantes y las balas de goma que son tradicionalmente el lenguaje de los Carabineros.

Uno de los reclamos más insistentes de los manifestantes pasó por la exigencia de un indulto a los detenidos durante el estallido social de 2019. "Libertad a todos los presos políticos de la revuelta", "libertad inmediata a todos los presos políticos", reclamaban las pancartas. La mayoría de los detenidos son muy jóvenes.

Y, aunque muy lejos de los peores momentos de 2020, porque el país cuenta con una altísima tasa de vacunación, los casos de Covid han subido de forma consistente la semana pasada. Mucho de ello tiene que ver con la reticencia a vacunarse de un grupo no despreciable de jóvenes de las áreas urbanas.

La extrema derecha lidera las encuestas

La macroeconomía, que se está recuperando de forma evidente, en parte gracias al retiro parcial de dinero de los fondos de pensión, tiene como contrapartida la microeconomía, la realidad del ciudadano de a pie. "Las condiciones para las hipotecas se complican: el sueño de la casa propia puede terminar en pesadilla", destacó este lunes la televisión local.

En ese ambiente, la Convención Constituyente comenzó a redactar la nueva Constitución, mientras conmemoraba el aniversario de la revuelta con las elecciones presidenciales del 21 de noviembre a apenas un mes de distancia. Y ahí hay una novedad fundamental: la extrema derecha lidera por primera vez las encuestas.

José Antonio Kast se está beneficiando de la implosión de la coalición oficialista que hoy gobierna en La Moneda con Sebastián Piñera. Sebastián Sichel, su candidato, estaba llamado a luchar en el balotaje del 19 de diciembre con el de la izquierda dura, Gabriel Boric. Pero lo que está sucediendo es que Sichel es una usina de malas noticias, contradicciones y oscuros manejos ocultos que saltan a la luz día tras día. Su intención de voto cayó ya al 7%, aunque él se presente como "el único" capaz de derrotar a Boric en una eventual segunda vuelta.

Tan mala es la situación de Sichel, que parte de la centroderecha (la que no se inclina por Kast) se está planteando votar a Yasna Provoste, la candidata del centroizquierda, para impedir que en el balotaje gane Boric. Porque Kast tendrá hoy un 21% de intención de voto contra 20 de Boric, pero todas las encuestas coinciden en que en Chile se daría un "efecto Le Pen": la extrema derecha perdería el balotaje.

De todos modos, incluso cayendo en la segunda vuelta, llegar a diciembre sería un verdadero triunfo para Kast, que podría erigirse en líder de la oposición al gobierno de la coalición "Apruebo Dignidad", que incluye al Partido Comunista, electoralmente fuerte en Chile. Y así, el sistema de dos coaliciones -centroderecha y centroizquierda- que dominó Chile desde 1990, llegaría a su fin.  (EFE)