Dado que conseguir la adhesión en presencia del agua es todo un reto, los científicos interesados en producir adhesivos eficaces para su uso en entornos húmedos (por ejemplo, para tratamientos quirúrgicos o dentales) han recurrido a los mejillones en busca de inspiración.
Tras una década de trabajo en el tema, un equipo internacional que incluye, entre otros, a Tobias Priemel y Matthew Harrington, ambos de la Universidad McGill en Canadá, ha conseguido descubrir los mecanismos celulares mediante los cuales los mejillones fabrican su adhesivo subacuático.
Esto abre el camino hacia la elaboración artificial de una nueva gama de pegamentos inspirada en la adherencia de los mejillones.
Al recopilar información a nivel subcelular, los investigadores descubrieron que en el interior del pie del mejillón hay canales de tamaño micrométrico que canalizan las sustancias que se unen para formar el pegamento. Las proteínas fluidas condensadas en diminutos sacos (vesículas) son secretadas en los canales, donde se mezclan con iones metálicos (hierro y vanadio, tomados del agua de mar). Los iones metálicos, que también se almacenan en pequeñas vesículas, se liberan en un proceso cuidadosamente programado, que acaba por curar (endurecer) el fluido proteico, solidificando el pegamento.
La acumulación y el uso biológicos del vanadio son fenómenos especialmente interesantes, ya que solo se sabe de unos pocos organismos que hiperacumulan vanadio. Los investigadores creen que el vanadio desempeña un papel importante en el endurecimiento del pegamento y siguen investigando esta cuestión.
El estudio se titula “Microfluidic-like fabrication of metal ion-cured bioadhesives by mussels”. Y se ha publicado en la revista académica Science. (Fuente: NCYT de Amazings)