Tras el primer encuentro del viernes entre la Comisión Europea y el negociador de Londres sobre el protocolo Irlanda del Norte, las tensiones aumentan.
Los más importantes estados de la Unión, Italia incluida, pidieron a Bruselas elaborar un plan B, para afilar las garras en vista de una negociación más que difícil, pero también una estrategia de activar el famoso artículo 16 y suspender en vía unilateral el protocolo sobre Belfast.
El pedido, revelado por el Financial Times, llegó al negociador europeo del Brexit, el vicepresidente de la Comisión, Maros Sefcovic, de Italia, Francia, Alemania, España y Países Bajos. Prácticamente las mayores economías del Viejo Continente.
Y entre las opciones en discusión en las capitales europeas, figuran la limitación del acceso del Reino Unido al suministro energético UE (con una Europa que navega en plena crisis de precios de electricidad y gas, entre otros), la imposición de impuestos a las exportaciones británicas y, en "circunstancias extremas", la resolución del acuerdo comercial entre las dos partes.
En suma, una verdadera y propia guerra comercial en Albione.
Fuentes europeas explicaron el sentido del pedido: animado no por la voluntad de "atacar" económicamente a Gran Bretaña, sino solo la de tener en el bolsillo un plan de contingencia en el caso de que salte la tratativa sobre el protocolo norirlandés.
La tratativa, con una cierta fatiga, va adelante y ve enriquecerse el primer cara a cara, en Pallacio Berlaymont, entre Sefcovic y el ministro británico para el post-Brexit, David Frost. Encuentro precedido por la prudente línea de la comisión en mérito a la hipótesis de la guerra comercial.
"Nos estamos concentrando en la búsqueda de una solución para la población norirlandesa", explicó un vocero del Ejecutivo europeo en el curso del breve encuentro diario.
Y antes de ver a Sefcovic, también lord Frost dijo lo suyo: "La UE hizo decididamente un esfuerzo por ir a más allá de sus posiciones típicas", y se trata de pasos "alentadores" pero queda "una brecha más bien grande" entre las contrapartes, subrayó.
De hecho, la propuesta de la UE de un recorte a los controles fitosanitarios, burocráticos y aduaneros en diversos productos británicos en arribo a Irlanda del Norte (desde los fármacos a los productos alimenticios vegetales y animales) podría enfrentar los pedidos de Londres.
Pero el gobierno Tory insiste en pedir que los conflictos ordinarios ligados al Protocolo no sean confiados a la Corte de Justicia UE, punto sobre el que Bruselas no parece ceder.
A empeñar el encuentro en Sefcovic y Frost fue el asesinato del diputado conservador David Amess. En signo de respeto por la tragedia, la Comisión no quiso organizar ninguna declaración a la prensa luego del encuentro.
Empero en Bruselas explican cómo el cara a cara fue constructivo. Una nueva cumbre está prevista para esta semana, siempre en la capital belga. (ANSA).