Oportunamente, iniciamos una serie de artículos con “Un Modelo…Parte I” (BAE Negocios 13/09/21) que pretenden explicitar, tanto los aspectos constitutivos, como las acciones que deben emprenderse para su plena implementación.
Agregábamos a su vez: “los elementos que alumbrarán este intento son las “buenas praxis” que la historia económica argentina registra y los doctrinarios emergentes del pensamiento “clásico” en la disciplina”.
Dejamos allí “claramente expresado” que, todo intento de planificación económica debe tener como prerrequisitos la búsqueda de los llamados “Superávits Gemelos”, a los cuales añadimos, con idéntica “calidad de condición imprescindible” la “mancomunión” de toda la dirigencia.
Luego, en “Un Modelo…Parte II” (BAE Negocios 27/09/21) avanzamos con algunos de “los aspectos instrumentales”, resaltando los “nodos” que “facilitarán la aplicabilidad de las decisiones que tiendan a defender el interés nacional y las necesidades populares”.
Entre ellos:
Resta aún analizar otros puntos relevantes, tarea que no agotaremos en el presente.
Existe un consenso en la disciplina de que las políticas económicas aplicadas en nuestro país, con sesgo al consumo, rápidamente se topan con dos límites:
Por lo tanto, incentivar la inversión se presenta como la alternativa superadora a lo ut supra señalado, en la medida que se pretenda inducirlo hacia la producción.
Como se destacara en “El objetivo: la producción” (BAE Negocios 10/01/21) una vez generadas las "condiciones macroeconómicas" (equilibrios fiscal y externo) es necesario disminuir, para facilitar la rentabilidad de los proyectos productivos, dos “costos relevantes":
Ello permitirá la búsqueda de una tasa de inversión que orille el 27% del Producto Bruto Interno (PBI), que posibilitará un crecimiento de la economía en el entorno del 8 o 9 % anual, duplicándola cada diez años, con el fin de garantizar, en 25 años, un PBI per cápita en el entorno de los U$S 28 mil anualea
El financiamiento necesario para su concreción, tal como expresáramos en: “La negociación con el FMI: su impacto en la inversión” (BAE Negocios 21/03/21), devendrá del ahorro privado nacional en moneda extranjera, que alcanzan aproximadamente los 220.000 M de dólares estadounidenses. Si a estos 220.000 M de dólares estadounidenses se le agregan las inversiones de personas argentinas en el exterior se superan los 400.000 M.
La política monetaria no genera ni precede el lanzamiento de un “ciclo ascendente”, pero resulta imprescindible que lo acompañe; pues dicho proceso, requiere de adecuados niveles de financiamiento.
En este marco, los agregados monetarios constituyentes de la “Oferta Monetaria (OM)”:
deben encontrarse “armoniosamente” con la “Demanda Monetaria (DM)”, previendo que iniciado el proceso de “descenso abrupto de la tasa de inflación”, el “quantum de dinero” destinado a las “transacciones diarias” se incrementará raudamente al igual que el “precautorio”, facilitando el incremento del “señoreaje" (es la “facultad de de imprimir billetes y monedas de curso legal). La diferencia entre su costo de fabricación y su “poder de compra” es la “ganancia del imperio” a partir de la expansión de la OM.
Asimismo, el incremento de los depósitos en el sistema financiero estará garantizado por el aumento: del nivel de actividad y (auspiciado por el flujo inversor) del ahorro en moneda local.
Será tarea central de la institución rectora de la política monetaria (el BCRA), minimizar los desequilibrios entre OM y DM, tendiendo a garantizar un “entorno de identidad” entre ambos componentes.
Finalmente, el crédito financiero (de corto, mediano y largo plazo) fluirá naturalmente hacia las familias y empresas, una vez que sean modificadas las bases del actual esquema “especulativo rentístico” y sean reemplazadas por un Modelo de Desarrollo Económico Permanente y Sustentable (MoDEPyS) con orientación a la producción. (BAE - * Lic. Guillermo Moreno, Lic. Pablo Challú y Lic. Walter Romero - colaboración de Marcos Von Ifflinger)