Después de tachar el lunes de manipuladores y mentirosos al G7, este martes ha sido el turno del contrataque dialéctico chino a la OTAN. La réplica se ha basado en un clásico del altavoz de Pekín: todo lo que decís de nosotros es una difamación. Porque, como señala Pekín en sus comunicados, discursos de sus portavoces y editoriales al dictado de sus medios, ellos no son una amenaza, como apuntan los líderes de la alianza transatlántica. Tampoco representan desafíos sistémicos a la seguridad internacional.

La primera respuesta ha llegado temprano con un comunicado de la Misión de China ante la Unión Europea: "Las afirmaciones de la OTAN han difamado el desarrollo pacífico de China, han juzgado mal la situación internacional y su propio papel, y han continuado la mentalidad de la Guerra Fría mezclada con la política de grupo". "Exigimos a la OTAN que deje de exagerar la teoría de la amenaza china. No deben usar nuestros legítimos intereses y derechos como excusas para manipular y crear enfrentamientos artificiales", se afirma en el comunicado.

El lunes, en la cumbre de Bruselas, los líderes de la OTAN adoptaron una postura aún más contundente hacia Pekín que la que tomó el G7 el día anterior. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que asistía por primera vez a ambos encuentros, instó a los países occidentales a hacer frente al autoritarismo de China y a su creciente poderío militar.

Sus colegas de las democracias más grandes y ricas del mundo se prestaron el domingo a denunciar los abusos de derechos humanos de China contra la minoría musulmana uigur de Xinjiang y pedirle a Pekín que respetara la autonomía de Hong Kong y Taiwan. Pero fue la OTAN, a través de su secretario general, Jens Stoltenberg, quien fue más dura al considerar que la influencia de China era un "gran desafío" para la seguridad euroatlántica.

Stoltenberg señaló que la "creciente influencia y política internacional de China" puede presentar retos que la OTAN debe abordar conjuntamente defendiendo su seguridad e intereses". También apuntó a la rápida expansión del arsenal nuclear de Pekín "con más ojivas y un mayor número de sistemas sofisticados para establecer una tríada nuclear".

La Misión china en la UE ha respondido que su país está comprometido con una política de defensa "de naturaleza defensiva", y que su búsqueda de la modernización militar es "justificada, razonable, abierta y transparente". La extensa declaración a través de un comunicado continúa presentando algunos datos: "En 2021, el presupuesto de defensa de China es de 1,35 billones de yuanes (209.000 millones de dólares), lo que representa el 1,3 por ciento del PIB de la nación, que es menos que la línea de paso de la OTAN. En contraste, la alianza de 30 miembros de la OTAN tiene un gasto militar total de hasta 1,17 billones de dólares, lo que representa más de la mitad de la suma global y 5,6 veces la de China".

En cuanto a las armas nucleares: "El número de ojivas nucleares entre los miembros de la OTAN es casi 20 veces mayor que el de China. Además, China siempre se ha adherido a no disparar este tipo de armamento primero bajo ninguna circunstancia. Si la OTAN está tan comprometida con 'la paz, la seguridad y la estabilidad', ¿pueden llegar a un compromiso de este tipo como ha hecho China?" señala la Misión, que recuerda el bombardeo de la Embajada de China en la extinta Yugoslavia a manos de la OTAN en 1999, donde murieron tres periodistas chinos.

"China ha estado comprometida con el desarrollo pacífico, pero nunca olvidará la tragedia del bombardeo de la Embajada de China en Yugoslavia, ni los sacrificios de los hogares y vidas de nuestros compatriotas", enfatiza. "Defenderemos inquebrantablemente nuestra soberanía y nuestros intereses de desarrollo, y vigilaremos de cerca los ajustes estratégicos y las políticas de la OTAN hacia China". (Reuters)