Las autoridades de Competencia británicas dan un espaldarazo a la mayor operación de la historia de Telefónica, la fusión en Reino Unido del la filial móvil O2 con Virgin, cablera de telecomunicaciones perteneciente a la compañía estadounidense Liberty Global. Estas conclusiones favorables, aún provisionales, suponen una inyección de optimismo de cara a la revisión que la junta de accionistas de la compañía española hará la semana que viene tanto de los datos de Telefónica como de la gestión de su presidente ejecutivo, José María Álvarez-Pallete, que ha cumplido recientemente cinco años al frente de esta multinacional. "Un análisis exhaustivo de las evidencias recopiladas durante nuestra segunda fase de investigación nos muestra que el acuerdo no parece que vaya a llevar a precios mayores o a una reducción de los servicios móviles, lo que significa que los consumidores deberían seguir beneficiándose de una fuerte competencia", ha expresado este miércoles la Competition an Markets Autohority (CMA). Puesto que O2 está valorada en más de 14.000 millones de euros y Virgin Media por encima de los 21.000 millones, la compañía fusionada se cifraría en torno a los 36.000 millones de euros. Telefónica y Liberty Global compartirían la propiedad al 50% de la esta nueva joint venture, prevista como operador líder de Reino Unido. El hecho de que Virgin provea de líneas a otras empresas de telecomunicaciones del mercado británico, como Vodafone y Three, había levantado suspicacias para la CMA, pero ese backhaul (según los términos de la industria) no tiene un peso relevante, ni en cuota de mercado ni en negocio de esta marca británica, especializada en redes de cable y con servicios que abarcan TV, banda ancha y telefonía móvil. Igualmente, había llamado la atención a las autoridades de competencia que O2 prestara servicio a empresas como Sky y Lycamobile, que carecen de red propia de móvil; sin embargo, la CMA no aprecia un impacto significativo en caso de fusión y considera que la filial de Telefónica llevaría cuidado en incrementar sus precios toda vez que otros rivales pueden ofrecer redes móviles similares. En resumen, a la CMA le preocupaba que el acuerdo implicara una subida de precios o una reducción de servicios para otros actores del sector, como consecuencia de los cambios propiciados por la fusión de O2 y Virgin. "Esta circunstancia podría hacer que el servicio propio de móvil de Virgin y de O2 fuera comparativamente más atractivo en la venta a los consumidores, pero en último término podría conducir a un escenario negativo para los consumidores británicos", ha estudiado Competencia. Las dos compañías esperan que este respaldo inicial allane el camino para la decisión definitiva, esperada, en principio, para el mes de mayo. "Liberty Global y Telefónica han recibido la publicación de las conclusiones provisionales de la CMA en el marco de su examen de la propuesta de fusión de sus negocios en el Reino Unido. Seguimos trabajando de forma constructiva con la CMA para lograr un resultado positivo. Esperamos el cierre hacia mediados de este año", han manifestado las dos telecos. (EFE)