A casi un año de la elección presidencial francesa, prevista para abril de 2022, los electores jóvenes parecen haber cambiado sus preferencias políticas. Según publica el diario francés Le Monde, los electores entre 25 a 34 años darían hoy su voto a la líder del partido de extrema derecha, Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés), Marine Le Pen. Alrededor de un 29% votarían por ella, cuando eran 23% en la elección presidencial de 2017, según diferentes estudios electorales citados por Le Monde y realizados por los institutos Ipsos e Ifop. En esos mismo comicios, el mismo grupo etario dio un claro voto, 29%, a Emmanuel Macron, quien luego se consagró como presidente de Francia en segunda vuelta frente a Le Pen. Sin embargo, ese apoyo se desgastó en los últimos cuatro años de mandato macronista, y hoy apenas un 20% de los 25 a 34 años reelegirían al presidente. Esta desilusión con la promesa joven y dinámica que encarnaba Macron en 2017 se debe en parte, según explica Le Monde, a la ola de reformas y medidas liberales llevadas a cabo por el mandatario; a la disminución de las ayudas para alojamiento; y a la eliminación del impuesto a la fortuna, un tributo a quienes tenían un patrimonio superior 1,3 millones de euros (de acuerdo a la reforma en 2011). La pandemia de coronavirus ha jugado un rol, señala Le Monde, dado que esta franja etaria de jóvenes activos en el mundo laboral es la más golpeada, con dificultades para encontrar un alojamiento y empleo. Como consecuencia hay un temor “a caer de clase”. “El atractivo [electoral] de Marine Le Pen es innegable”, resalta Le Monde recordando las medidas propuestas por la candidata de extrema derecha destinadas al electorado joven. Como la creación de un fondo de solidaridad para compensar la pérdida de los puestos de trabajo perdidos durante la pandemia, en un 50% a un 100% de los ingresos obtenidos en 2019. O también su propuesta para aumentar de 25% las ayudas para alojarse a los jóvenes de hasta 27 años. El grupo etario de 18 a 24 años, también conocido como los “electores debutantes”, tiene como primera opción electoral la abstención, según revelan los estudios de los institutos citados. "Alrededor del 80% de la población general dice estar segura de votar en 2022. Pero solo un 58% de los jóvenes de entre 18 y 24 años dicen estar seguros [de ir a votar]”, indicó a Le Monde, Brice Teinturier, el director general delegado de Ipsos. “La abstención de los jóvenes siempre existió pero nunca a este nivel”, dice por su parte Frédéric Dabi el director general adjunto de IFOP. Cuando esta franja etaria sí vota, un 20% lo hace por Marine Le Pen, como en 2017, similar a los demás grupos etarios. Si la elección fuese hoy, ese número crecería a un 21,3%. En la elección presidencial de 2017 este grupo brindó su apoyo mayoritariamente al líder de la izquierda radical francesa, Jean Luc Mélenchon, quien cosechó entre un 29% y un 31% de los votos, según los institutos. Pero ese esperanza puesta en la izquierda antisistema, se derrumbó hoy a un 19%. A diferencia de los 25-34 años, los “electorales debutantes” elegirían hoy a Macron, con un 29%. Si bien Marine Le Pen y su partido parecen ser beneficiados por los sondeos en vistas de las próximas elecciones, sobre todo en las regionales que se celebrarán en junio (si la pandemia lo permite), su agrupación no sabe cómo hará para financiar las campañas electorales, según dice el semanario francés Le Point. "Es sencillo: para las campañas, no tenemos nada", dice a Le Point el tesorero del partido, Wallerand de Saint-Just, agregando que necesitan encontrar entre 10 a 11 millones de euros para la elección presidencial, además de los fondos para las otras campañas: regionales, legislativas, departamentales. El partido estaba sumergido en deudas a comienzos de 2020, a punto de estar amenazado por una declaración de cesación de pagos. Saint-Just señala a Le Point que todo iría bien si el RN no fuese “discriminado” por los bancos. El tesorero hace referencia a que todos los bancos franceses y europeos se niegan a financiar su partido, un problema que las demás agrupaciones francesas no tienen que enfrentar. En 2014 un banco ruso había prestado al RN 9 millones de euros, una suma que todavía no fue reembolsada por el partido. Las fechas de pago fueron renegociadas y la deuda será cancelada en unos 10 años. Para las campañas de las próximas elecciones los candidatos de las listas de la extrema derecha deberán desembolsar de sus propios bolsillos los fondos necesarios para financiarse, sumas que serían luego reembolsadas, según Le Point. Mientras, las autoridades del RN hacen llamados a los particulares para que donen. En febrero de 2020, Marine Le Pen ya había lanzado una campaña, “el gran préstamo nacional”, para obtener 22 millones de euros para financiar sus campañas. Un año después apenas logra obtener un millón. (RFI)