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Con el cepo cambiario funcionando a pleno, una oferta de divisas estimulada por los buenos precios de los granos y una tasa de devaluación que puso ahora por debajo de las tasas de interés, el Banco Central (BCRA) pudo concretar este mes la mayor recompra de reservas de la era Fernández: adquirió US$1480 millones, cifra que representa cerca del 30% del volumen total operado en plaza, la mitad del cual fue aportado por los agroexportadores.
La compra resultó la mayor desde noviembre de 2019, último mes pleno de la administración Macri, cuando había sumado por esta misma vía US$2002 millones. Fue el mes siguiente al que se redujera de US$10.000 a US$200 el cupo de compra permitido a individuos y gracias, además, a que se produjera un marcado adelanto de exportaciones agrícolas para evitar la suba de retenciones que aplicaría el nuevo gobierno al asumir.
Pero ese volumen de divisas compradas en marzo no se reflejó en la tenencia bruta de reservas internacionales del Central, que cerraron hoy en US$39.597 millones, es decir, apenas US$76 millones por encima del comienzo de mes, porque muchos de los dólares que compra “se le van por otras ventanillas”, explica el economista Jorge Neyro, de la consultora ACM.
Sin embargo, le permitió recomponer su tenencia neta de reservas (las propias), que se ubican ahora en torno a los US$4700 millones, tras haber iniciado el mes debajo de los US$4000 millones y hasta tener un saldo líquido mínimo a favor, tras un semestre de tener que manejarse sin esa liquidez.
Ambas formas de computar la tenencia sufrieron este mes por el derrape que mostró el oro en el mercado internacional, al caer el precio de la onza un 9% promedio en el mes, y por el sostenido castigo que reciben en los mercados las valuaciones de los bonos argentinos.
Pero la tenencia bruta, la que difunde cada cierre de jornada el BCRA, a ese contrapeso sumó la depreciación superior al 2% que registró el yuan renminbi, que se hizo sentir más ya que el swap con la moneda china representa hoy la mitad de la tenencia internacional que declara el BCRA.
A ambos factores se suman los egresos por los giros que debe atender para hacer pagos a los organismos internacionales de crédito, las ventas que le hace al Tesoro para afrontar pagos (de vacunas contra el Covid, por ejemplo) y porque interviene en el mercado de bonos para mantener aplanada la brecha cambiaria.
El saldo del mes quedó confirmado hoy, tras una rueda de muy alta actividad cambiaria (ante el fin se semana largo), en la que se operaron US$403,8 millones y en la que debió vender unos US$60 millones “para atender una mayor demanda derivada del cierre de posiciones del mes”, explicó el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios.
De este modo, confirmó además que opera con un criterio estricto de caja que lo lleva a ser más restrictivo en dar curso a operaciones en la primera parte del mes (arrancó marzo comprando el 53% de los dólares ofertados) y menos hacia el final, una vez que aseguró un saldo favorable de sus intervenciones (cerró vendiendo 15% de lo transado en el día), una estrategia con la que apunta a no tener que operar más sin tenencia cash propia.
En la jornada ratificó además la decisión oficial de frenar cada vez más el deslizamiento del tipo de cambio mayorista oficial, que avanzó apenas 4 centavos (de $91,96 a $92), lo que hizo que el peso registre una devaluación de apenas 2,43% en el mes, la menor desde agosto pasado, aun cuando la inflación del mes estaría entre 1,2 y 1,4 puntos por encima, según estimaciones privadas.
Para Neyro, el BCRA supo aprovechar e incluso estimular “la mayor oferta de exportadores agrícolas por los sostenidos precios de los granos, mientras mantiene muy pisadas por algunas importaciones y obligó a las empresas a reprogramar pagos de deuda financiera”. A eso se suma una menor demanda minorista por el creciente diferencial que hay entre comprar un dólar en la plaza oficial y hacerlo en la plaza financiera o en el mercado negro.
Lo concreto es que marzo se convirtió en el cuarto mes consecutivo en que el BCRA obtiene un saldo positivo de sus intervenciones sobre el mercado cambiario.
Esa racha no casualmente comenzó en diciembre (compró US$608 millones), cuando comenzaron a impactar de lleno los últimos cambios regulatorios que el BCRA impuso a mediados de septiembre para acotar la demanda y poder administrarla, ya que obligó a los operadores a que informen cada operación mayor a los US$50.000 con al menos 48 horas de antelación.
De allí en más se sostuvo la tendencia permitiéndole adquirir otros US$157 millones en enero, US$633 millones en febrero y US$1480 millones este mes. El sostenido raid de compras le permitió al Central disipar las expectativas de devaluación inminente –la proyección de avance del dólar en el mercado de futuros se redujo 30%-, que habían alcanzado un máximo en septiembre y octubre, cuando consumió su tenencia de reservas líquidas.
La apuesta oficial es que el inicio de la cosecha gruesa ayude a mantener el saldo comprador de divisas durante las próximas semanas y a incrementarlo algo más desde mayo y hasta junio.
Creen incluso que el anunciado arribo de los US$4354 millones en Derechos Especiales de Giro, la porción que le tocará a la Argentina de los 650.000 millones que distribuirá entre sus miembros el FMI ,ayudará a mantener sostenida la oferta de divisas al menos durante el trimestre que arranca. (La Nación -Javier Blanco)