Ampliar
"La comunidad internacional también tiene un papel decisivo para jugar en la promoción de la paz en esta tierra y en todo el Medio Oriente", dijo el pontífice en su discurso al gobierno y las autoridades civiles del país islámico.
"Espero que las naciones no se retiren al pueblo iraquí la mano tendida de amistad y compromiso constructivo, y que sigan operando en un espíritu de corresponsabilidad con las autoridades locales, sin imponer intereses políticos o ideológicos", añadió.
"Callar las armas. Limitar su difusión, aquí y en todas partes. Que cesen los intereses de parte, aquellos intereses externos que no están interesados ;;en la población local. Dar voz a los constructores, a los artesanos de la paz. A los pequeños, a los pobres, a la gente sencilla que quiere vivir, trabajar, rezar en paz", clamó Francisco.
"Basta de violencia, extremismo, facciones, intolerancias", completó en fuerte llamamiento en su primer discurso en Irak, frente al gobierno, al cuerpo diplomático y a las autoridades civiles.
El Papa pidió al gobierno de Irak que "se dé espacio a todos los ciudadanos que quieran construir juntos este país, en diálogo, en un enfrentamiento franco y sincero, constructivo; a quienes están comprometidos con la reconciliación y, por el bien común, aquellos que están dispuestos a dejar de lado sus propios intereses".
"En los últimos años, Irak ha intentado sentar las bases de una sociedad democrática. En este sentido, es fundamental asegurar la participación de todos los grupos políticos, sociales y religiosos y garantizar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos. Nadie debe ser considerado ciudadano de segunda", amplió luego.
Francisco hizo un llamamiento a los políticos y diplomáticos iraquíes para que sean promotores de un "espíritu de solidaridad fraterna". "Es necesario abordar el flagelo de la corrupción, los abusos de poder y la ilegalidad, pero no es suficiente. Al mismo tiempo, es necesario construir justicia, incrementar la honestidad, la transparencia y fortalecer las instituciones responsables de esto", aseveró.
"De esta manera -dijo el Papa- puede crecer la estabilidad y desarrollarse una política sana, capaz de ofrecer a todos, especialmente a los jóvenes, tan numerosos en este país, la esperanza de un futuro mejor".
"La diversidad religiosa, cultural y étnica, que ha caracterizado a la sociedad iraquí durante milenios, es un recurso precioso al que hay que fortaler, no un obstáculo que hay que eliminar", planteó Jorge Bergoglio.
"Hoy Irak está llamado a mostrar a todos, especialmente a los de Medio Oriente, que las diferencias, en lugar de dar lugar a conflictos, deben cooperar en armonía en la vida civil", profundizó en su discurso.
Y recalcó que "la convivencia fraterna necesita un diálogo paciente y sincero, amparado por la justicia y el respeto a la ley", al tiempo que acotó que "no es una tarea fácil: requiere esfuerzo y compromiso de todos para superar rivalidades y conflictos, y hablarnos a partir de la identidad más profunda que tenemos, la de hijos del único Dios y Creador".
"Sobre la base de este principio, la Santa Sede, en Irak como en cualquier otro lugar, no se cansa de apelar a las autoridades competentes para que otorguen a todas las comunidades religiosas reconocimiento, respeto, derechos y protección", insistió Francisco. (ANSA)