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A las 18h03 del miércoles, el país llegaba a la macabra cifra, poco más de 24 horas antes de que se cumpliera un año del primer caso registrado oficialmente en el país.
En óbitos diarios, el país pasa por el peor momento de la pandemia, cuando se han diseminado las variantes del coronavirus -más transmisibles- que ya han sido detectadas en al menos 17 estados del país, mientras hay en marcha una caótica campaña de inmunización, que ya ha dejado sin vacunas a algunos estados.
Desde que se declaró la pandemia de Covid-19 el 11 de marzo de 2020, dos semanas después del primer caso registrado en el país, los boletines epidemiológicos han mostrado con cifras el rastro de destrucción que dejó la mayor crisis sanitaria de los últimos cien años.
Detrás de los números están las personas y sus familias destrozadas por el coronavirus, un impacto imposible de medir con precisión.
Folha entrevistó a estas familias. Los testimonios incluyen intentos de suicidio, cadáveres desaparecidos, pérdida de la única fuente de ingresos y el dolor de ver los cuerpos de familiares enterrados en fosas comunes o solos en su lecho de muerte, no pocas veces en UCI (Unidades de Cuidados Intensivos) lejos de casa.
En el peor momento de la pandemia, paulistanos no dejan de reunirse a lo largo del día
El intenso tráfico en las calles de São Paulo, el martes (23), deja claro que la tasa de adherencia al aislamiento social en la metrópolis no es demasiado alta. Aquel día, según datos del gobierno estatal, solo el 38% de los habitantes de la capital se quedó en casa.
Ha sido así prácticamente todos los días laborables. Este año, los fines de semana, ese índice alcanzó un máximo del 48%. Desde el 27 de diciembre, ni siquiera la mitad de la población se ha mantenido alejada de un posible contacto con el nuevo coronavirus.
Este miércoles (24), Brasil alcanzó 250 mil muertes por la enfermedad, según datos del consorcio de los medios.
Justo ahora que el ingresos en UCI de pacientes de Covid-19 bate récord desde que comenzó la pandemia, en febrero del año pasado, y la mayor circulación de variantes más transmisibles del nuevo coronavirus, la gestión de João Doria (PSDB) intenta contener la propagación de la enfermedad restringiendo las reuniones numerosas de 23h a 5h. (Folha)