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Pan, vino y París. Nada más francés que los techos en zinc de la capital, el pan baguette y una fiesta vitícola en Arbois (este de Francia). Los tres elementos aspiran a ser el candidato que Francia inscriba para estar en la lista del patrimonio inmaterial de la humanidad.
Será Roselyne Bachelot, ministra de la Cultura, la encargada de escoger entre las tres candidaturas y luego su decisión necesitará del aval del presidente Emmanuel Macron.
La candidatura francesa será presentada a la comisión de la Unesco que tomará una decisión en 2022. Cada año cerca de cien candidaturas consiguen ser inscritos en el patrimonio de bienes inmateriales en virtud de la convención de 2003.
Sin embargo, como Francia es uno de los países que tiene más etiquetas "patrimonio de la humanidad" en la lista de la Unesco, solo puede presentar candidaturas cada dos años.
Los techos en zinc, que cubren una gran parte de los edificios parisinos, ya habían estado en la lista de pre-seleccionados. Sin embargo, fue un barco yole, embarcación fabricada en la isla de Martinica, el que terminó siendo escogido en el registro en la categoría de "buenas prácticas" del patrimonio inmaterial en 2020.
Reconocimiento de un saber
Lo que se pide es el reconocimiento del saber de la construcción y restauración de los techos en zinc. Dicho saber encarna a la vez el trabajo de una profesión, -la de los techadores-, y de una paleta de colores que dan unidad a la capital vista desde el cielo. Estos techos, que han sido inspiración para muchos pintores, están en peligro en algunos barrios de la capital por las nuevas construcciones.
En cuanto al pan baguette, se trata de un símbolo de la vida diaria de los franceses, inmortalizado por las publicidades y el cine.
Por su parte, el Biou de Arbois en el departamento de Jura (este del país), es una fiesta de origen medieval y religioso. Luego fue transformada en fiesta republicana, celebrada cada primer domingo de septiembre. Durante esa fiesta, los viticultores de la región traen los primeros racimos de uva y luego los juntan para formar una viña gigante. Luego esta es transportada por cuatro personas en una procesión hasta llegar a la iglesia de San Justo, donde se celebra una misa.
Uno de los requisitos para ser candidato al listado de la Unesco es primero estar inscrito en el inventario nacional. Es el caso de los cientos de saberes y bienes que tiene Francia. En un segundo tiempo debe ser considerado apto para ser presentado a la Unesco. Ese aval (consultivo) lo da el Comité del Patrimonio etnológico inmaterial (CPEI).
Por último, una candidatura debe federar a una comunidad como es el caso de los panaderos franceses y los techadores parisinos. Otro de los argumentos tiene que ver la especificidad etnológica como ocurre con el Biou de Arbois. (France 24)