Ampliar
El 23 de enero de 2020, a las 10 de la mañana, un mensaje de texto bloqueó la ciudad con una movida nunca antes intentada: se ordenó a todos encerrarse en sus casas, mientras los hospitales ya no podían acoger al gran número de enfermos.
Hoy, las calles de la capital de la provincia de Hubei, donde se detectó por primera vez el nuevo coronavirus, se llenaron de vida, en medio de atascos, parques llenos y transporte público abarrotado, según informaron ampliamente imágenes en medios estatales.
Los contagios en Wuhan superaron los 50.000, pero los registrados desde mayo, cuando las autoridades decidieron hacer un hisopado a toda la población, han sido algo más de veinte, según datos de las autoridades sanitarias, con un total de muertos que se sitúa en 3.869.
Pero a pesar del clima de normalidad recién descubierto en Wuhan, China todavía está lidiando con el virus y ahora teme una nueva ola.
Hong Kong terminó encerrada por primera vez, mientras que las provincias del norte de Heilongjiang, Hebei y Jilin, enfrentan brotes preocupantes que parecen no perdonar ni siquiera a Shanghai y a Pekín.
La capital acaba de completar pruebas masivas de 2 millones de residentes en los distritos centrales de Dongcheng y Xicheng.
Otros dos distritos, Daxing y Shunyi, terminaron en semicierre esta semana, más aún después del descubrimiento de dos casos de la temida "variante inglesa", que complicaron la situación.
El presidente chino, Xi Jinping, dio la orden de "defender la capital a cualquier precio".
Ante los temores de una temida nueva ola, ya en tres semanas fueron detectados más de 2.000 casos de Covid-19, con cifras constantes superiores al centenar diario.
El viernes, por ejemplo, fueron 107, informó la Comisión de Salud nacional, de los cuales 90 transmitidos localmente y 17 resultaron importados del exterior.
Los temores de las autoridades chinas se ven alimentados por los cientos de millones de viajes internos en vista del Año Nuevo Lunar que comienza oficialmente el próximo 12 de febrero.
El objetivo era llegar a al menos 50 millones de vacunados contra Covid-19, especialmente entre las categorías de mayor riesgo y expuestas al contagio.
El gran éxodo de "Chunyun" suele registrar alrededor de 3 mil millones de viajes internos, apoyados por 300 millones de trabajadores inmigrantes que regresan a casa.
El gobierno "invitó" a evitar viajes postergables, comenzando por los empleados públicos, mientras que las distintas provincias determinados períodos de cuarentena para los que vienen del exterior con el fin de desalentar los viajes.
Los medios chinos estimaron un colapso del éxodo de alrededor del 40%, que mantiene viva la preocupación de la dirección comunista.
El equipo de expertos de la OMS, en tanto, sigue confinado a cuarentena en un hotel de Wuhan antes de poder iniciar las reuniones programadas en la misión en la que deberán conocer las circunstancias de la aparición de la enfermedad.
La propia agencia de la ONU destacó que aún es muy pronto para confirmar si el virus ha salido o no de la ciudad.
"Todas las hipótesis siguen sobre la mesa", dijo el director de emergencias de la OMS, Michael Ryan, en una conferencia de prensa en Ginebra.
"Es demasiado pronto para llegar a una conclusión sobre dónde comenzó exactamente el virus, dentro o fuera de China", dijo.
A nivel mundial, los casos confirmados se acercan a los 100 millones y las muertes han superado los 2,1 millones. (ANSA).