Lo que empezó con precipitaciones en forma de nieve acabó dejando colapsados numerosos municipios del territorio español. "Llegan días complicados", prevenía el 7 de enero el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aunque pocas personas podían llegar a imaginar tal magnitud de destrozos. Desde que el 8 de enero empezó a cuajar la nieve se han visto estampas que permanecerán en la retina de la mayoría de la población, ya que es el temporal más intenso que se recuerda de los últimos 50 años. Trabajadores durmiendo entre cartones en el interior de sus comercios, personas atrapadas en sus vehículos en mitad de la carretera y supermercados sin suministro son algunas de las graves secuelas que ha generado el temporal en España. Cada vez más comunidades autónomas y municipios españoles están solicitando la declaración de zona catastrófica al Gobierno central. Toledo o Madrid son algunos ejemplos de ello. Tan solo en la capital española se han estimado daños por valor de 1.398 millones de euros según declaró el alcalde José Luis Martínez-Almeida y los servicios de limpieza retoman poco a poco sus labores después de que toneladas de basura se amontonaran en la ciudad. Tras la borrasca, una ola de frío golpeó al país superando cifras récords con hasta 25 grados bajo cero, en un momento en el que, además, aumentaba el precio de la electricidad un 75% con respecto al año anterior. Por otro lado, si el estado de los hospitales era ya de por sí crítico por los enfermos de coronavirus, el temporal ha agravado la situación. Las salas de urgencias han registrado un gran aumento de fracturas y lesiones provocadas por las caídas a causa del mal estado de la vía pública, llegando a alcanzar las 2.000 lesiones en 36 horas, "el doble e incluso triple de lo habitual en los hospitales". Por si fuera poco, el viernes 15 España registró la mayor cifra de contagios por coronavirus con 40.197 nuevos casos, pero eso no ha parecido importarle a los usuarios que han utilizado el transporte público durante los últimos días. Debido al corte de carreteras y la situación meteorológica del país, numerosas personas han tenido que recurrir al tren y al metro provocando enormes aglomeraciones en los vagones. A pesar de ello, la histórica nevada también ha dejado imágenes divertidas. En pleno centro de Madrid veíamos a un hombre paseando por la ciudad con sus perros y su trineo como si se tratara de Siberia. También verdaderas obras de arte esculpidas en la nieve, como la Venus de Milo o Las Meninas, en el municipio madrileño de Alcalá de Henares, al mismo tiempo que los españoles mostraban gestos de solidaridad ofreciendo sus vehículos a los que más lo necesitaban. España está viviendo un inicio de año complicado, pero poco a poco trata de recuperar la normalidad. Ahora solo queda obedecer a las autoridades y en la medida de lo posible, permanecer en casa para evitar lesiones. Quizá esa recomendación podría tener efectos positivos para doblegar la curva de contagios por coronavirus.