Por eso es importante que el sueño sea reparador y de calidad, según lo indica Psicología y Mente. Para lograrlo, es necesario crear hábitos saludables. 1. Hacer ejercicio El sedentarismo afecta de forma negativa la conciliación del sueño. Por eso tener rutinas de ejercicio contribuye a dormir mejor. Esto se debe que la actividad física contribuye a liberar neurotransmisores, como las endorfinas, que están relacionadas con el placer, y la serotonina, que ayuda a la síntesis de melatonina, la cual regula los ciclos de sueño. Así, el organismo estará dispuesto para el descanso y el sueño reparador. En este sentido, hacer actividad física durante 30 minutos diarios es suficiente para lograr un buen descanso. 2. Evita las bebidas alcohólicas Es cierto que una copa de vez en cuando no hace mal. De hecho, hay quienes piensan que es una buena alternativa para dormir, pero la verdad, no lo es. Tal vez, debido a su efecto neurodepresor, estimule el sueño más rápido. Sin embargo, puede alterar las diferentes fases del sueño y provocar que a lo largo de la noche se pierdan las ganas de dormir. De esta forma, no será posible lograr descansar lo suficiente cuando el sueño es interrumpido. Por otro lado, también hay que reducir o evitar el consumo de café en las tardes y en especial durante las noches. La cafeína afecta el sueño, evitando que se pueda dormir y descansar. Es cierto que tomar una taza de café en la mañana contribuye a rendir mejor en las diferentes actividades durante la jornada. Pero beber café después de media tarde puede provocar trastornos de sueño. 3. Cuidar el entorno El entorno juega un papel muy importante a la hora de conciliar el sueño. Este debe ser agradable y cómodo. Para dormir bien, la habitación debe tener poca luz a la hora de dormir, debe haber poco ruido y estar a una temperatura agradable. También es preferible tener el televisor apagado, o mejor aún, no tenerlo en el cuarto, al igual que la computadora. La almohada, el cobertor y las sabanas deben estar limpias y cálidas. 4. Crear una rutina Es necesario hacerse una rutina, no solo para dormir, sino también para las demás actividades diarias. Así es posible llevar una vida más ordenada. Para descansar mejor, es recomendable acostarse y despertarse a horas fijas. Así el cuerpo se irá acostumbrando. Por otro lado, tomar siestas cortas también contribuye a la productividad. Claro está, estas deben tomarse siempre y cuando no afecten el sueño nocturno. Otras recomendaciones necesarias es evitar la luz de las pantallas de los dispositivos móviles o tabletas, tomar una ducha caliente ayuda a relajar el cuerpo y propiciar el descanso. En caso de tener problemas para dormir, y estos se hacen cada vez más graves, como el insomnio, sería bueno acudir a un especialista para descartar cualquier problema que impida el descanso. (EDNY)