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El texto generó una ola de protestas en un país sacudido por un nuevo caso de violencia policial la semana pasada.
La semana pasada, dos casos de violencia policial en Francia han atizado el debate y sumieron al gobierno del presidente Emmanuel Macron en una crisis política.
El lunes 23 de noviembre, durante una operación mediática de organizaciones promigrantes, la policía evacuó brutalmente a los que se habían instalado en una plaza del centro de París, y zarandearon a los periodistas bajo el foco de las cámaras y de los teléfonos.
Luego, el jueves 26 de noviembre el medio Loopsider publicó imágenes de cámaras de seguridad que mostraron la brutal paliza que tres policías propinaron a un productor de música negro. La prensa, las redes sociales y algunos deportistas de renombre internacional denunciaron este nuevo episodio de violencia policial.
"Imágenes que nos dan vergüenza", denunció el viernes Macron, que encargó al gobierno le presentara "rápidamente propuestas" para "luchar con más eficacia contra todas las discriminaciones".
El mismo día que se publicaron las imágenes encargó al titular de Interior que impusiera sanciones muy claras para los policías acusados.
Estos casos de violencia policial se dan un contexto de protestas provocadas por el artículo 24 del proyecto de ley de seguridad global, artículo que castiga con un año de cárcel y hasta 45.000 euros (54.000 dólares) de multa la difusión "malintencionada" de imágenes de las fuerzas del orden.
El gobierno asegura que esta disposición pretende proteger a la policía de llamados al odio y a muerte en las redes sociales, con revelaciones de detalles sobre su vida privada.
Pero los detractores sostienen que muchos casos de violencia policial quedarían impunes si no hubieran sido grabados por las cámaras de periodistas o por los teléfonos de los ciudadanos.
También alegan que es una disposición inútil, ya que el arsenal jurídico actual es suficiente para reprimir estos delitos y que el derecho francés "sanciona los actos, no las intenciones".
Sobre este tema Radio Francia Internacional entrevistó a la expresidenta del sindicato de abogados de Francia SAF, Pascale Taelman, quien estima que tal vez el anuncio del gobierno no sea suficiente para calmar los ánimos.
Pascale Taelman :No creo que sea suficiente, pero veremos en que consiste la reescritura, aunque según mi parecer no se necesita ninguna reescritura. El hecho de hacer un artículo especial para impedir que se hagan imágenes o se filmen las violencias policiales, eso me parece muy grave y no veo que reescritura puede hacerse.
RFI:¿Se refiere a que ya existen disposiciones en este sentido?
Pascale Taelman: Las disposiciones que limitan estas situaciones son todas las disposiciones penales que impiden señalar una persona para negarle sus derechos o hacerle daño; de todos modos eso existe, cualquiera sea la función de la persona considerada. Para mí, ese artículo 24 es sobre todo un gesto hacia los policías, pero que no cambia nada en el terreno del derecho. Me parece que desde hace varios años, en cada ocasión se da mayor poder a la policía sin cortafuegos, lo que da toda la libertad a los que no son buenos policías - la mayoría hace su trabajo como deben hacerlo- esa minoría que se creen actores de una película frente a personas más débiles en su poder, las cosas toman un sentido completamente inaceptable y ese articulo 24 contribuye a que sea inaceptable porque es una forma de decir que cualquier cosa que haga la policía beneficia de la impunidad y eso no puede ser. En la misma semana hubieron dos actos muy graves: en la place de la Republique la evacuación del campamento de emigrantes y la persona que sufrió una paliza en la puerta de su casa; es tan enorme que ya no es posible validar ese artículo 24, no solo afecta a los periodistas sino que permite a población mostrar que puede ser víctima de la policía.
RFI: El caso de Michel Zecler, que recibió una paliza policial filmada por cámaras de seguridad, marca probablemente un hito
Pascale Taelman: Claro porque es la prueba de que se necesita poder filmar, es una casualidad que haya existido esa filmación, la policía no sabía que estaban siendo filmados. Hicieron documentos judiciales falsos, es gravísimo, esos documentos policiales falsos no es la primera vez que esos ocurre. Lo que pasa es que cuando no tenemos la prueba de que son falsos sistemáticamente los tribunales validan la posición de la policía. De cierta manera es normal que la palabra de la policía sea más « sagrada » diríamos que de una persona común, el problema es que la policía en algunos casos abusa y construye una palabra sagrada falsa y si uno no dispone de la prueba formal de que esa palabra es falsa en el caso de Michel hubiese sido condenado por rebelión y casi lo matan. Es algo gravísimo y el ministro parce haberlo comprendido porque sino no hubiesen dado marcha atrás.
RFI: Sobre la reforma de la policía, muchas voces critican a la IGPN, la Inspección General de la policía nacional que parece ser un bastión inexpugnable.
Pascale Taelman: Si, es verdad por eso se habla ahora de poner una personalidad independiente a la cabeza de ese organismo, no sé si lo van a hacer o no. Pero sería un modo -podríamos decir- de hacer una limpieza interna.
RFI: El ministro del interior precedente ya lo intentó, pero tuvo que dar marcha atrás. ¿Es posible reformar la policía francesa?
Pascale Taelman: Creo que es posible, pero se necesita una real voluntad para eso, porque el problema es que para reformar la policía es necesario primero que tengan una formación que sea realmente una formación. Un periodista infiltrado en la policía cuenta en un libro que esos jóvenes tienen apenas tres meses de escuela y se encuentran con un arma en la mano. La problemática de la formación es muy importante y la deontología no estoy segura que sea dispensada correctamente. Una película "Les miserables" que es una ficción pero podría ser un documental, muestra que la policía se encuentra en la misma situación de miseria podríamos decir que la gente que controla. Para mí es el problema, la falta de formación deontológica, un problema mayor pero que no se va a resolver de la noche a la mañana. (RFI)