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Políticos y activistas franceses llaman a una Navidad sin compras vía Amazon.
A los llamados en Francia a un boycott contra la plataforma gigante de venta en línea y a un impuesto específico sobre sus ventas, se suma una petición aun más contundente firmada por personalidades de la vida política, sindical y asociativa, como la alcaldesa de París, Ana Hidalgo, o la ONG Greenpeace.
Los firmantes de "Navidad sin Amazon" exigen una legislación que prohíba la construcción de nuevos depósitos de almacenamiento en Francia, la competencia desleal y la injusticia fiscal.
La animadversión de comerciantes, políticos y activistas franceses contra Amazon se ha desatado en el confinamiento. No hay que escarbar mucho para encontrar las razones de la cólera. Durante el encierro decretado en el segundo trimestre del año, la plataforma se ganó el premio gordo doblando sus ventas en el mundo entero mientras que millones de comerciantes debían bajar sus persianas.
Ante la segunda ola del coronavirus que golpea a Francia, el gobierno decretó a finales de octubre un reconfinamiento cuyos rigores están sufriendo especialmente los comerciantes y artesanos locales, esta vez con la perspectiva de no poder contar con las vitales ventas navideñas.
Amazon sostiene al contrario que el comercio en línea aumentó pero no solo en beneficio propio. Su plataforma vende también artículos de terceros, es decir comercios independientes franceses que venden gracias a Amazon.
Jessica Nguyen, especialista en comercio, dice a RFI que el verdadero problema radica en el hecho de que « Amazon no paga sus impuestos en Francia. Es decir que cuando uno compra un producto en Amazon, el dinero no vuelve a la economía francesa».
Nguyen dirige FlipNPik, una plataforma que milita por un comercio local durable y responsable, y sostiene que "el caballo de batalla de los políticos franceses no debe ser la exigencia de un impuesto suplementario a Amazon porque la multinacional multiplicó sus ventas durante el confinamiento, sino porque la economía local no se beneficia de las grandes ventas de Amazon".
La representante subraya que "los políticos deben priorizar sus campañas en beneficio de los comerciantes, de la calidad de sus productos y de la apertura de fábricas" antes que señalar con el dedo a los consumidores franceses que, confinados, necesitan comprar en línea.
Para Nguyen, las medidas a tomar no deben sustentarse en que venda masivamente en línea, que es su razón de ser. "Todo el valor que Amazon crea con sus ventas debe ser redistribuido en Francia" dice. Uno de cada cien productos comprados en línea en el país galo pasan por Amazon que ostenta el 22% del comercio electrónico nacional.
Frente a las críticas, la línea de defensa de Amazon consiste en recordar que han generado 10.000 empleos en Francia en una década. Los firmantes de la petición le responden que por cada uno de ellos desaparecieron entre dos a cinco empleos en otros rubros. (RFI)