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Pandemia del coronavirus ha sacado al mundo de la vieja rutina diaria. Mucha gente debe quedarse en casa, la economía se ha derrumbado. Como resultado, según un nuevo estudio, la cantidad de emisiones de CO2 se redujo en bastante más de mil millones de toneladas en la primera mitad del año, mucho más que durante la crisis petrolera de 1979 y la crisis financiera de 2008.
El Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK) informó que en la primera mitad de 2020 fueron emitidas a la atmósfera alrededor de 1.600 millones de toneladas o un 8,8 por ciento menos de CO2 que en el mismo periodo del año pasado. El autor principal del estudio, Zhu Liu, de la Universidad de Tsinghua, Beijing, dijo que el análisis de las series temporales muestra cómo la disminución de las emisiones tuvo lugar paralelamente a los cierres de las economías en los países. En abril, cuando la mayoría de los países redujeron su vida pública debido al drástico aumento de las infecciones de coronavirus, las emisiones se redujeron incluso un 16,9 por ciento, escriben los investigadores.
Según el estudio, los mayores efectos de reducción de las emisiones de dióxido de carbono se registraron en el tráfico. Daniel Kammen, de la Universidad de California, en Berkeley (EE. UU.), dijo que las emisiones de CO2 del transporte terrestre se redujeron en un 40 por ciento en todo el mundo en la primera mitad de 2020, principalmente debido a la generalización del teletrabajo. El sector de la energía contribuyó con una disminución del 22 por ciento y la industria, con menos del 17 por ciento. Incluso en el sector residencial, las emisiones cayeron un 3 por ciento, pero ello se debió a la benignidad del invierno en el hemisferio norte.
Los autores señalan que después del fin de las severas restricciones por el coronavirus, la mayoría de las economías han vuelto ahora a sus niveles anteriores de emisiones de dióxido de carbono, excepto la continua disminución de las emisiones de CO2 en el transporte. Incluso si las emisiones totales se mantuvieran en sus bajos niveles, ello tendría a largo plazo solo un impacto menor en la concentración de CO2 en la atmósfera, concluye el PIK. (dpa)