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Los actos contra las fuerzas del Estado ya venían siendo uno de los asuntos que más quebraderos está produciendo en el gobierno francés, y este fin de semana un nuevo e impactante capítulo lo ha refrendado. Cerca de cuarenta personas atacaron el sábado por la noche con fuegos artificiales y barras de hierro la comisaría de Champigny sur Marne, al este de París, en la que resultaron dañados cinco coches de policía y alguna ventana, pero no hubo que lamentar víctimas, según medios locales.
El diario 'Le Parisien' ha precisado hoy que una persona ya ha sido detenida por el ataque, que tuvo lugar poco antes de la medianoche. El periódico indica que dos agentes se encontraban fumando un cigarrillo en el exterior cuando se acercaron los agresores. Los dos policías se resguardaron a tiempo y el grupo intentó sin éxito entrar en el edificio. El alcalde la ciudad, Laurent Jeanne, manifestaba este domingo que se desconocen los motivos del ataque.
Las espectaculares imágenes difundidas en las redes sociales muestran que se lanzaron numerosos fuegos de artificio contra esa comisaría, en cuyo exterior también se incendiaron varios contenedores de basura.
En las imágenes difundidas por la propia Gendarmería se observan como algunos sujetos armados intentan entrar por la fuerza en la comisaría sin éxito. El estallido de violencia causó destrozos en las ventanas del recinto y rotura de cristales en las lunas de los coches aparcados.
El primer ministro francés Jean Castex aseguró el lunes que el gobierno será "intransigente" ante los hechos de violencias. Los sindicatos de la policía serán recibidos el martes por el Ministro del Interior Gérald Darmanin y el jueves por el Jefe de Estado Emmanuel Macron.
Se trata del tercer ataque que sufre esta sede policial en dos años. La comisaría está situada en una zona conflictiva. De hecho, el pasado mes de abril, un grupo de varias personas ya realizó un ataque a ese mismo lugar lanzando morteros. (RFI)