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La variable nueva es el factor Erdogan. El presidente turco, en efecto, sin alineó sin dudas junto al musulmán Azerbaiyán, definiéndolo como un país "amigo y hermano".
Armenia, por el contrario, cuenta tradicionalmente con el apoyo de Moscú. En síntesis, esta vez Nagorno-Karabaj podría convertirse en el escenario de una nueva rivalidad entre Erdogan y Putin, como ya ocurrió en Siria y Libia.
El Kremlin intervino y, por boca del vocero Dmitry Peskov, se dijo "muy preocupado" por lo que está ocurriendo en el Cáucaso, pidiendo el "cese inmediato" de los enfrentamientos.
Moscú exhortó luego a la "moderación" a todos los actores, externos e internos, para hacer que se vuelva pronto a la mesa de la negociación.
La cuestión es, como mínimo, vieja, y precede incluso al derrumbe de la Unión Soviética.
El territorio que corresponde a la autoproclamada república de Nagorno-Karabaj formaba parte, en efecto, de Azeribaiyán, pero era de población armenia: cuando se manifestaron las primeras aspiraciones separatistas, se desencadenaron las tensiones, que desembocaron en una abierta guerra tras la disolución de la Unión Soviética.
Desde entonces, el conflicto se arrastra incansablemente, flanqueado por un proceso de paz -el Grupo de Minsk de OSCE, copresidido por Rusia, Estados Unidos y Francia- que da un paso adelante y uno atrás.
Que esta vez la reanudación de las hostilidades puede convertirse en algo serio lo atestigua la movilización (parcial) decreta tanto por Baku como por Erevan, y la introducción de la ley marcial.
Ambas partes sostienen haber conquistado o reconquistado posturas adversarias y el ballet de las cifras, sujeto a la propaganda de los diversos ministerios de Defensa, es imposible de verificar in situ: Azerbaiyán hablaba de 550 militares armenios muertos, mientras Erevan indicaba 200 víctimas entre los soldados azerbaiyanos.
Son netas, en cambio, las acusaciones de Armenia contra Turquía, culpable al parecer de haber trasladado a Azerbaiyán unos 4000 milicianos sirios.
No solamente: el presidente armenio, Armen Sarkissian, afirmó públicamente que "Turquía, miembro de la OTAN, está extendiendo la plea asistencia a Azerbaiyán bajo la forma de drones, ciberataques, consejeros militares, mercenarios y hasta aviones caza F-16".
Sobre la cuestión turca, el Kremlin dio a entender que está siguiendo el partido de cerca. "Hubo intercambios con Ankara a través de los ministerios de Exteriores, por lo tanto Rusia está absolutamente en contacto con Turquía", aseguró Peskov.
Pidió también que la situación se normalice cuanto antes la Unión Europea, a través del vocero del servicio europeo para la Acción Externa, Peter Stano.
"Es urgente que cesen todas las hostilidades porque existe un riesgo de graves consecuencias y desestabilización de toda la región", dijo.
La UE pidió además a "todos los actores de la región que contribuyan a detener la confrontación armada" y "evitar interferencias desde el exterior". (ANSA).