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En medio de un desborde total de la pandemia en Santa Cruz, el colapso de un sistema que nunca fue adaptado a las circunstancias, 4502 casos positivos en la provincia y 53 muertes informadas (no se sabe exactamente cuántas hay, de cuándo proceden y cuántas no son informadas) la gobernadora Alicia Kirchner, quien se jacta de trabajar “para la gente” y llama a la “conciencia pública” para combatir el flagelo, se niega a aceptar que el ibuprofeno Inhalado, hoy por hoy, el único ancla a la vida o al menos a un atisbo de recuperación de los pacientes infectados, que puede ser aplicado en la sociedad santacruceña, para evitar que la gente se muera.
Ayer, los diputados del oficialismo, sin la menor sensibilidad social, ante un cuadro desesperante de muerte y desconcierto como vivimos hoy en Santa Cruz, tras la dimensión de una pandemia que ni siquiera pudieron mitigar en más de 200 días de encierro, logrando hoy el pico más alto de contagios y muerte, rechazaron en detrimento de todos los santacruceño, la posibilidad de que al menos los pacientes de Covid-19 tengan una posibilidad de sobrevivir y mejoren su calidad de vida.
Nadie sabe por qué negaron lo obvio. La única explicación que filtraron es que aún la ANMAT no tenía aprobado su aplicación, mientras el propio Dr Horacio Córdoba del Colegio Médico, decía que la ANMAT ya tenía decidida la valoración de Ibuprofeno Inhalado como el medicamento autorizado en la crisis.
Nadie puede concebir cómo ante una emergencia tan atroz, con muertos todos los días, una infección indetenible de la cual el propio estado provincial es responsable y aún cuando cinco o más provincias ya han aprobado su aplicación, esperando la decisión de la ANMAT, la cual incomprensiblemente tarda un milenio para ensayar las pruebas, la gobernadora y los diputados oficialistas niegan la posibilidad de vida a los ciudadanos de Santa Cruz, como si se tratara de gente de segunda, que no merece tener la posibilidad esperanzadora de vivir un poco mejor ante la incertidumbre que ellos mismos han plantado.
La única explicación posible, más allá de los argumentos dados públicamente sobre que la falta de aprobación de Anmat “… se basa en la inexistencia de ensayos controlados, estudios a doble ciego, estudios de validez epidemiológica que comprueben que efectivamente la terapéutica en caso de ser aplicada es beneficiosa para el tratamiento de la enfermedad. Otro aspecto que se debe evaluar es el hecho de que no es dañina a la salud”, como se explayó un justificador K en las últimas horas; en nuestra más íntima convicción es que no lo aprueban porque es gratis.
Conociendo el lema kirchnerista “Detrás de cada necesidad, siempre hay un negocio”, este reparto gratuito de la droga por parte de una Fundación privada en otra provincia, hace posible que en Santa Cruz, el gobierno y sus aláteres en la Cámara de Diputados, fragüen argumentos basados en tecnicismos, para no aprobar su aplicación.
La imposibilidad de facturar y obtener beneficios económicos, especialmente para ciertos funcionarios y empresas ligadas a los negocios con el Estado provincial, evita que la población de Santa Cruz cuente con el Ibuprofeno Inhalado, para mitigar los efectos de Coronavirus. Si la dosis costara 4 dólares, por ejemplo, en menos de 24 horas toda Santa Cruz tendría acceso a través de los hospitales públicos y los mismos diputados que hoy la abortan, lo exigirían y alabarían las pruebas sin ensayo desde sus bancas, alegando la necesidad de salvar vidas.
Interesante planteo para el electorado de la provincia, que votó en un 83% a la fórmula Fernández-Fernández y le dio a Alicia Kirchner, con sus colaboradores políticos (Belloni-Vidal) la posibilidad de reincidir, mientras mantienen un estado sobredimensionado, los trabajadores por debajo de la línea de pobreza, a los gremios amañados al gobierno y anulada la justicia, intervenidas las Cajas y postergados a los jubilados y ahora, también, negándole salud.
Digámoslo así: en la lógica K, si no hay negocio, no hay salud. ¿O alguien olvida lo primero que hizo la gobernadora cuando comenzó la pandemia?. Armó una empresa sin antecedentes en Buenos Aires para comercializar insumos los cuales comenzó a comprar con un sobreprecio del 50% o más. Igual que el gobierno de científicos de los Fernández.
Entonces, no nos engañemos, no permitamos que nos mientan más. Si en cinco o más provincias el ibuprofeno inhalado se aplica y no se han muerto en masa, sino más bien está comprobado que los efectos beneficiosos de la droga le ha permitido recuperarse a los contagiados, es obvio que un tecnicismo no puede ni debe privar a la población de Santa Cruz de un elemento que permita sobrellevar la coyuntura especial y desesperante que el gobierno es incapaz de resolver.
Aquí la única respuesta es: que el gobierno no logra cerrar un negocio, que son incapaces de reconocer como positivo algo que no producen ellos mismos o que la perversidad política es tal, que aún se permiten hacer pública (como en la sesión de ayer) los discursos de quienes desde el recinto virtual prefieren que los pacientes en Santa Cruz sufran y se mueran, solo para sostener un capricho de inútiles e incapaces, como demostraron ser, tanto desde el gobierno nacional como el provincial.
Y no tengo dudas: la gobernadora y seguramente todos los “altos funcionarios” y los propios diputados que ayer le negaron la posibilidad de vida a la gente, deben tener bien guardada sus dosis de ibuprofeno Inhalado, para protegerse ellos y sus familias. Esto, también es parte del discurso demagógico, la falta de empatía y la desvergüenza de los impresentables que dicen representar al pueblo. Y esto es mucho más vergonzoso y grave que el diputado K que ayer demostraba el desprecio por el Congreso, al besar en sus partes íntimas a su novia. Por la actitud de los diputados de Santa Cruz ayer, merecerían estar en la primera plana de los diarios del país, porque es más pornográfico, obceno y marginal, negar la salud al pueblo que horrorizarse por los pecados públicos de su propia gente.(Agencia OPI Santa Cruz)