Ampliar
El Fondo Monetario Internacional ( FMI) adelantó que a comienzos de octubre enviará una nueva misión al país, que será la primera en el marco de la negociación con el Gobierno iniciada formalmente hace un mes. Pero todavía no confirmó si se hará de forma presencial o virtual, algo que dependerá de la evolución de la pandemia.
"El objetivo de esa misión sería conocer de primera mano los planes económicos y las prioridades políticas de las autoridades argentinas, que podrían sustentar el programa apoyado por el FMI, que han solicitado", dijo el vocero del organismo, Gerry Rice, en su tradicional conferencia de prensa quincenal.
El Gobierno inició un mes atrás las conversaciones formales con el Fondo de cara a acordar un nuevo programa que reemplace el multimillonario stand by firmado por Mauricio Macri y permita extender el plazo de repago de los USD45.000 millones. El Ejecutivo busca un período de gracia de al menos tres años y que los vencimientos de capital comiencen no antes de 2024.
La misión de principios de octubre será la primera de un largo proceso de negociación que el Ministerio de Economía espera que se extienda hasta el primer trimestre de 2021, como ya planteó Martín Guzmán. Como aclaró Rice, aún no está definido si esta misión será virtual, la modalidad que rigió hasta ahora los intercambios, o si implicará la llegada de los técnicos del FMI a Buenos Aires encabezados por Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, el encargado del caso argentino.
"El FMI está en modo de escucha, buscando conocer mejor la agenda económica de las autoridades. Nuevamente, es un hito en términos de tener la visita de este personal. Este es el comienzo del proceso, llevará tiempo. No hay un plazo fijo para llegar a una conclusión", remarcó el vocero de la entidad con sede en Washington que encabeza la búlgara Kristalina Georgieva.
Rice desarrolló la visión del Fondo sobre la crisis que atraviesa el país: "Argentina se enfrenta a una situación económica y social muy difícil y así es desde hace algún tiempo. Esto se agravó por la pandemia. Argentina está experimentando una profunda recesión que ha provocado un aumento de los niveles de desempleo y pobreza, y crecientes desequilibrios económicos, un elevado déficit fiscal e inflación, y una gran brecha entre el tipo de cambio oficial y no oficial".
Al ser consultado sobre las recientes las restricciones a la compra de dólares impuestas por el Banco Central, el funcionario repasó: "El Fondo mantiene un diálogo muy fluido y constructivo con las autoridades argentinas, que incluye conversaciones sobre las últimas medidas cambiarias en el contexto de la solicitud de un nuevo programa respaldado por el organismo".
Con todo el portavoz dio una señal de respaldo al gobierno de Alberto Fernández. "El FMI reconoce que el gobierno argentino estuvo tratando activamente de abordar estas circunstancias tan desafiantes. Adoptó un conjunto de políticas para abordar las necesidades inmediatas derivadas de la pandemia. Completó la importante reestructuración de su deuda denominada en moneda extranjera, al tiempo que comienza a trabajar en una agenda económica más integral para hacer frente a los desequilibrios económicos. Nuestro objetivo es apoyar a las autoridades argentinas en ese objetivo y ese es el contexto de nuestro diálogo permanente", dijo.
Tras la reestructuración de la deuda en moneda extranjera con los acreedores privados y organismos públicos tanto bajo legislación extranjera como local, que totalizó USD107.210 millones, el Gobierno busca terminar de despejar el horizonte de los compromisos financieros en divisas para los próximos años.
Así, buscará refinanciar los USD45.000 millones del stand by firmado en 2018, que le dio oxígeno a la gestión de Macri para llegar hasta las elecciones del año pasado en medio de un proceso de fuerte fuga de capitales. En un principio, fuentes de Economía afirmaron que no se solicitarían fondos frescos, sino que el nuevo programa incluiría solo lo necesario para rollear los vencimientos vigentes.
En medio de las fuertes tensiones cambiarias y la sangría de reservas, crecieron las versiones sobre una revisión de ese criterio para robustecer las tenencias del Central y transmitir mayor certidubre pero Guzmán lo descartó el miércoles en una entrevista con Infobae en la que remarcó que solo apuntan a refinanciar los vencimientos.
"Con el Fondo buscamos tener un horizonte despejado de vencimientos. Se tomaron 45.000 millones, un monto récord, bajo la premisa de que Argentina iba a tener un shock de confianza positivo y eso no pasó. Ahora tenemos vencimientos grandes entre 2021 y 2023, y lo que buscamos es refinanciarlos", manifestó el ministro.
Al respecto, Rice planteó: "El financiamiento asociado a un nuevo programa del FMI -que por supuesto, como siempre estaría sujeto a la aprobación de nuestro Directorio Ejecutivo- ayudaría a Argentina a satisfacer sus necesidades de balanza de pagos, incluidas las relacionadas con las obligaciones del sector oficial. Ese es un principio general que se aplica más allá del caso específico de Argentina". Y aseguró no tener conocimiento de discusiones respecto de un posible financiamiento de emergencia.
Será una pulseada complicada ya que el acuerdo implicará discutir el plan económico oficial y las siempre presentes condicionalidades del Fondo. Uno de los ejes será la política fiscal, en la que el Ejecutivo buscará un aval para una reducción gradual del déficit primario, que se inicie con el pasaje de los cerca de 8 puntos del PBI de 2020 al 4,5% en 2021 planteado en el Presupuesto. Es decir, un ajuste gradual en lugar del shock aplicado tras el acuerdo de 2018, que deje espacio para políticas de reactivación.
También será clave el debate sobre la cuestión monetaria y cambiaria. Si bien el FMI suele ser reacio a los controles de capitales, durante el último tramo del mandato de Macri apoyó el cepo impuesto para evitar una continuidad en la sangría de divisas del país. Por el momento, no se pronunció sobre las restricciones impuestas la semana pasada.
En cuanto a lo monetario, el presupuesto prevé financiar el rojo del año próximo -de $1,7 billones- en un 60% con emisión. El 40% restante se planea cubrir con colocaciones de deuda en pesos.
"Apuntamos a tener un programa basado en premisas diferentes a las del programa anterior, que esté alineado con las mismas premisas del Presupuesto, que no hay estabilización posible sin recuperación de la actividad económica y que, entonces, la política fiscal y la monetaria estén alineadas con esa idea", expresó Guzmán.
En ese marco, existen dos modelos de programas posibles a negociar con el Fondo: el stand by, que permite extender los vencimientos entre tres y cinco años y se enfoca en la cuestión fiscal, y el de facilidades extendidas (EFF por su sigla en inglés), que va de cuatro a diez años de repago pero en general viene acompañado de exigencias de reformas estructurales de perfil neoliberal, como la laboral, previsional y tributaria.
En el Gobierno reconocen que la discusión será ardua y las tradicionales recetas de Washington serán puestas sobre la mesa. El propio representante argentino en el directorio del FMI, Sergio Chodos, que junto a Guzmán será una pieza clave de la negociación, suele repetir que no se trata de un organismo de desarrollo, sino de uno "que financia procesos de ajuste". (BAE)