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Realizar a pie la búsqueda resuelve en parte este problema pero consume mucho tiempo. ¿Sería factible valerse de la propia vegetación para localizar cadáveres humanos mediante la detección de cambios en la química de las plantas provocados por los efectos de la descomposición de restos humanos cercanos a ellas? Una nueva línea de investigación explora esta posibilidad.
Aunque la influencia de la descomposición de cuerpos humanos en las plantas aún no ha sido explorada a fondo, el equipo de Neal Stewart Jr., de la Universidad de Tennessee en Estados Unidos ha comenzado a esbozar los pasos necesarios para detectar restos humanos utilizando la vegetación.
En terrenos cubiertos de vegetación pero pequeños, las patrullas a pie pueden resultar eficaces para encontrar a alguien desaparecido, pero en selvas y grandes bosques, eso no es posible, tal como argumenta Stewart. "Esto nos llevó a buscar indicadores de la descomposición humana en las plantas, lo que podría conducir a una recuperación del cuerpo más rápida y posiblemente más segura".
Los experimentos sobre la relación entre la descomposición humana y los vegetales tendrán lugar en unas instalaciones especiales de la Universidad de Tennessee, donde los científicos examinan el proceso de descomposición del cuerpo humano bajo diferentes condiciones. Allí, evaluarán cómo la "isla de descomposición de un cadáver", la zona adyacente que rodea a los restos humanos, cambia las concentraciones de nutrientes del suelo, y cómo esos cambios se manifiestan en las plantas cercanas.
Stewart aventura que el resultado más obvio de las islas de descomposición de cadáveres seguramente será una gran liberación de nitrógeno en el suelo, sobre todo en verano, cuando la descomposición es muy rápida. Dependiendo de la velocidad con que las plantas respondan al flujo extra de nitrógeno, ello puede causar cambios en el color de las hojas y en otros parámetros de su aspecto visual.
Sin embargo, otros grandes mamíferos, como los ciervos, también pueden morir en los lugares donde la gente desaparece. Por lo tanto, un obstáculo que la investigación debe superar es encontrar metabolitos específicos de la descomposición de cuerpos humanos. Como las personas solemos tener dietas no silvestres, puede haber metabolitos específicos, como los de medicamentos o los de conservantes de alimentos, que tienen influencias específicas en el aspecto de las plantas. Otra posibilidad es que si la persona desaparecida era un fumador empedernido, su perfil químico quizá desencadene algún tipo de respuesta vegetal única que la haga más fácil de localizar.
Una vez que se conozcan mejor las influencias de los metabolitos de los cadáveres humanos en las plantas, los equipos de búsqueda podrían desarrollar sistemas de captación y procesamiento de imágenes para escudriñar masas vegetales en busca de señales visuales específicas en las plantas que indiquen que hay restos humanos cerca. Si bien parte de esta tecnología ya existe, los científicos todavía necesitan saber qué especies de plantas resultan las más eficaces y cuáles son las señales más adecuadas a buscar.
Una vez que se tengan a punto los criterios de búsqueda, será posible implementar el sistema no solo en escáneres transportados por patrullas a pie o utilizados desde helicópteros, sino también en drones y otros aparatos que puedan analizar una amplia extensión de terreno boscoso en poco tiempo.
Aunque el concepto resulta prometedor, todavía faltan varios años para que puedan usarse los vegetales de una zona como herramientas de búsqueda de restos humanos. En la siguiente fase de esta línea de investigación, un equipo de botánicos, antropólogos y expertos en suelos comenzará a trabajar en el diseño del primer conjunto de experimentos sobre la influencia de los restos humanos en los vegetales. (NCyT)