La apuesta de Donald Trump para colocar a un estadounidense al frente del Banco Interamericano de Desarollo por primera vez en su historia tuvo un inesperado verdugo: el gobierno de su amigo López Obrador. Al mediodía, la Secretaría de Hacienda de México anunció que se sumaba a la propuesta de la Unión Europea y Chile para posponer las elecciones para elegir al nuevo conductor del organismo, lo que en la práctica imposibilitaría el quórum necesario del 75% del poder de voto para llevar adelante los comicios. Entre esos 3 miembros, más otros países que rechazan al candidato de Trump como Argentina que impulsa para la presidencia del organismo a Gustavo Beliz, suman más del 25%. La idea de bloquear el quórum para impedir que se realice una elección que Trump tiene ganada y así forzarlo a negociar otra candidato, fue impulsada por Béliz y anticipada por LPO en exclusiva. El asesor de Alberto Fernández logró el apoyo de Europa para la jugada y además tendió puentes con el equipo del candidato demócrata Joe Biden, que si gana las elecciones de noviembre, no tiene intención de convivir todo su mandato con un halcón de Trump en el BID. "La elección del presidente del BID es de suma importancia para nuestra región. Lamentablemente, derivado de las restricciones por la pandemia del COVID19, las últimas dos asambleas de gobernadores, responsabilidad que recae en los ministros de Finanzas, se han pospuesto", dice la secretaría en una serie de tuits desde su cuenta oficial. "Esto ha impedido que los gobernadores hayan tenido la oportunidad de dialogar sobre la presidencia del BID. En el día de ayer, Chile planteó la pertinencia de posponer la fecha de elección del presidente hasta tanto los gobernadores puedan volver a reunirse presencialmente. En el mismo sentido, el pasado 30 de julio, se pronunció Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Común y vicepresidente de la Comisión Europea", añade la dependencia liderada por Arturo Herrera, que representa a México en la Asamblea de Gobernadores del organismo. En el mensaje final, deja clara su posición e informan que Hacienda "coincide en posponer la elección de presidente de este organismo, hasta que haya condiciones para ello, sobre todo para dialogar y definir el papel que tiene esta institución ante los desafíos sociales y económicos que plantea la coyuntura del “Covid19”. De esta forma, se despeja la duda de cuál sería la posición mexicana sobre esta instancia clave en el calendario diplomático y el mapa de alianzas regionales. Si bien inicialmente se pensó que el gobierno de López Obrador respaldaría a Gustavo Béliz, el candidato propuesto por el presidente Alberto Fernández, tal vez el mandatario con quien el líder de la 4T ha mostrado con más afinidad, su reciente visita a Trump en Washington y la necesidad de México de reanimar su economía tras la crisis del coronavirus hicieron que muchos creyeran que terminaría inclinándose por hacer una concesión a su principal socio comercial. Sin embargo, la candidatura de Maurcio Claver-Carone, el asesor de Trump para asuntos latinoamericanos conocido por sus duras posiciones en contra de Cuba y Venezuela, tuvo más rechazo de lo esperado. Si bien contaba con el apoyo de los gobiernos derechistas en Brasil, Colombia y Uruguay, el anuncio de que EU buscaría la presidencia de un organismo que históricamente ha sido liderado por latinoamericanos (reservando la vicepresidencia para un funcionario estadounidense) provocó el rechazo de varios ex mandatarios de la región de alto perfil, como Juan Manuel Santos, Julio María Sanguinetti, Henrique Cardoso y Ernesto Zedillo. Luego que Josep Borrel, jefe de la diplomacia de la UE, propusiera la semana pasada el aplazamiento de las elecciones debido a la crisis del coronavirus, el canciller del gobierno chileno, en teoría un aliado de Trump en la región, declaró que el país trasandino apoyaba el retraso de las elecciones, programadas para septiembre, y haciendo evidente que la designación de Clever-Carone ya no era algo seguro como se creía inicialmente. Y luego llegó la estocada mexicana, que en la práctica bloquea su llegada al BID, al menos por este año y pasan la competencia hacia marzo. Se trata de una jugada arriesgada, ya que la lectura evidente es que los miembros que buscan que las elecciones se pospongan están contando con que Trump pierda su releección -algo que si bien todos los sondeos parecen indicar, está lejos de ser algo seguro- y que la administración Biden rectifique y acepte que un latinoamericano sea el titular del BID. El tiempo dirá si la apuesta habrá valido la pena o no. (LPO)