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El centro de recepción de migrantes de Lampedusa tiene capacidad para 192 personas, pero en los últimos días más de un millar de personas está allí. Entre los recién llegados, 13 dieron positivo por coronavirus.
Las autoridades están preocupadas por los riesgos sanitarios de esta oleada, pero también por el desafío logístico que implica su recepción.
Sin embargo, afirman que el centro está funcionando bien. "Nadie se quedó sin agua, comida o cama. Y nadie salió del centro. En comparación con las tensiones en el país en 2011, la máquina sin duda está funcionando. La emergencia está en Túnez", señala Gian Lorenzo Marinese, administrador del lugar.
Imágenes polémicas
Estos desembarcos provocaron dos imágenes que han dado mucho que hablar. La primera fue la llegada de un grupo de migrantes a la playa de Isola dei Conigli. Estupefactos, los turistas vieron a pocos metros la llegada del bote tunesino.
La segunda fue un grupo que se había vestido como turista, posiblemente para intentar evitar los controles. Mochilas, sombrero de paja, anillos, camisas de fútbol y hasta un caniche atravesaron el Mar Mediterráneo con una decena de tunecinos.
"Se trata de flujos sin control que crean serios problemas relacionados con la seguridad sanitaria nacional", reconoció la ministra del Interior, Luciana Lamorgese. "Afectan inevitablemente a las comunidades" donde se ubican los centros de acogida.
Y marcó la gravedad de que "especialmente los migrantes tunecinos tratan de irse de allí antes de cumplir el período de cuarentena obligatorio". Interior y Defensa enviaron equipos de la Policía y el Ejército para controlar la situación en Lampedusa y en la isla de Sicilia.
El que no dejó pasar la oportunidad fue Matteo Salvini, líder de La Liga, que buscó implementar una dura política migratoria cuando fue ministro de Interior. "He aquí el grado de ridículo y humillación de Italia y de los italianos causado por este gobierno fallido. A este punto en el exterior somos un chiste", lanzó. (Ahora Roma)