Cristina Kirchner mandó una sutil pero contundente crítica a la idea de Alberto Fernández de un acuerdo con grandes empresarios, escenificado en el acto por el 9 de julio. La vicepresidenta recomendó a sus seguidores en las redes sociales la lectura de una nota del diario Página 12 en la que se plantea como una pésima idea intentar algún tipo de acuerdo con grupos económicos como Techint y Clarín, integrantes del G-6 que participó de la convocatoria del acto patrio. "El mejor análisis que he leído en mucho tiempo. Sin subjetividades, sin anécdotas. En tiempos de pandemia, de lectura imprescindible para entender y no equivocarse", afirmó Cristina y compartió la columna "La conducción política del poder económico", del periodista Alfredo Zaiat. La ausencia de Cristina en el acto del jueves pasado -donde además de representantes de grandes empresas, hubo presencia de la CGT y de manera virtual de los 24 gobernadores- había resultado llamativa ya que parecía una apuesta importante de Alberto. La lectura recomendada por la vicepresidenta parece responder al interrogante de su ausencia. En el artículo en cuestión, Zaiat señala que ir en búsqueda del poder económico "con la expectativa de encontrar lo que alguna vez fue para sumarlo a un proyecto de desarrollo nacional, como si nada hubiera pasado en este tiempo, sólo entregará otra decepción". "Casi todos los integrantes del bloque de poder concentrado están cada vez más alejados del destino del mercado interno, operan en áreas monopólicas o con posiciones dominantes y están subordinados a la valorización financiera de sus excedentes, los cuales en gran parte son dolarizados y fugados", continúa el periodista. "Es un poder económico conservador, ideologizado al extremo y contaminado de los lugares comunes de la ortodoxia económica", sostiene Zaiat, que luego desarrolla su idea sobre los negocios y las posiciones políticas de Techint y Clarín, a quienes señala como los "conductores" de la derecha. "Alberto Fernández propone la reconstrucción de la economía a partir de un capitalismo con otras bases. Para esa tarea está convocando a un sujeto económico que hoy es otro; no es el que imagina para construir otro capitalismo dentro de un modelo de desarrollo nacional", continúa. "Para que los costos devastadores de la actual crisis no sean en vano, la política económica de la recuperación no puede quedar depositado en ganar la confianza de los empresarios del G-6. Puede ser que esa invitación sirva en términos políticos, pero está probado que sus integrantes no tienen la vocación de ser un sujeto social activo en el objetivo de fortalecer un proyecto de desarrollo nacional", finaliza. (LPO)